domingo, 24 de enero de 2016

LA PATAGONIA REBELDE




Acabo de ver otro peliculón de Héctor Olivera: La Patagonia rebelde. Esta cinta argentina de 1974, basada en un libro de Osvaldo Bayer y ganadora del Oso de Plata de Berlín en 1984, nos brinda una descripción desgarradora de la huelga general revolucionaria que se produjo a principios de los años veinte del siglo pasado en la región patagónica, conocida como la Patagonia trágica.

Ante la situación casi protofeudal en que vivían los peones agropecuarios e industriales del sur de Argentina, la Federación Obrera Regional, controlada por anarcosindicalistas al mando del famoso Antonio Soto, anuncia un paro general que siembra el caos en las estancias (latifundios) de todo el territorio. El Gobierno de Buenos Aires envía a Río Gallegos, como mediador, al teniente coronel Héctor Benigno Varela, que, al conocer la explotación y los abusos reinantes, se pone de parte de los trabajadores y fuerza a los patronos a suscribir un convenio colectivo mucho más humanitario. Nada más marcharse Varela, los estancieros inician una campaña de despidos y extorsiones contra sus asalariados, lo que provoca una rebelión sangrienta y sin precedentes en toda la región. Los campesinos se hacen con armas y cometen toda clase de desmanes, poniendo en peligro la economía argentina, los intereses ingleses en los “frigoríficos” cárnicos de la zona e incluso la unidad territorial del país. Ante tan delicada situación, agravada por los asesinatos y violaciones perpetrados por el Consejo Rojo de Alfredo Fonte, El Toscano, el Presidente del Gobierno encomienda a Varela regresar a la Patagonia, pero esta vez con órdenes de reprimir contundentemente a los revolucionarios, encargo que el militar ejecuta con el máximo celo, torturando y fusilando a cientos de huelguistas. Un año después de estos acontecimientos, el implacable militar moría en un atentado anarquista a la puerta de su casa.

La Patagonia rebelde destaca por su garra narrativa, su realismo y su crudeza, unidos a las sólidas interpretaciones de Héctor Alterio (teniente coronel), Luis Brandoni (Soto) y Pepe Soriano (“el alemán”). El guión tiene un gran interés histórico, y profundiza en el romanticismo de los ideales anarquistas y en la figura de Antonio Soto, ferrolano emigrado a Argentina con 13 años y uno de los mitos del anarcosindicalismo internacional (en la ciudad de Ferrol una calle lleva su nombre y en La Coruña le recuerda una fuente centenaria). También se abordan indirectamente las tensiones de la época entre Argentina y Chile.

Entre las cosas que más me han llamado la atención está el cambio de nombre del teniente coronel Varela, que aparece como teniente coronel Zavala. No se entiende esta “precaución” cuando todo el mundo sabe de sobra quién es el militar encarnado por Alterio y cuando se respeta la identidad histórica del resto de protagonistas.

Es muy interesante además el hecho de que la película se estrenara durante la presidencia de Juan Domingo Perón, que inicialmente prohibió su exhibición pero que terminó autorizándola en vista de los valores sociales que ensalzaba. También debe destacarse que fue este filme la causa inmediata del exilio a España del actor Héctor Alterio, ya que poco después de su estreno la Triple A le invitó a abandonar el país.


4 comentarios:

Tábano porteño dijo...

Tenga en cuenta, Neri, que los recelos de Perón hacia la versión de los hechos de Bayer estaban más que justificados. En el ambiente nacionalcatólico (aún "gorila" -no peronista) se da por hecho que el novelista hizo una versión de la historia muy "personal".

Dejo dos párrafos que sirven de muestra, tomado de la revista más representativa del nacionalcatolicismo; allí el articulista, al referirse a la beatificación del indiecito patagónico Ceferino Namuncurá en 2007, opina de un modo elocuente sobre la novela de marras:


"Pero esto no es lo peor. En el sitio web de Ceferino, hallamos una curiosa “carta” del nuevo Beato dirigida a los jóvenes argentinos. Es una pieza en la que no falta ninguno de los tics del indigenismo “políticamente correcto” ni de las boberías de la evanescente “espiritualidad” progresista. Una verdadera ofensa a Ceferino (algunas de cuyas cartas auténticas se incluyen en el mismo sitio y son muy bellas y revelan la pureza y la piedad de aquel santo joven que siempre se manifiesta en ellas católico y argentino). Veamos algunos pasajes de tan insólita “carta”.(...)

Después de hablar de sus orígenes y de su bautismo, “Ceferino” escribe: “Eran tiempos difíciles. Veníamos de haber perdido todo, después de años de luchas sangrientas y encarnizadas. Vivíamos en la miseria más dura, sin hospital ni escuela, ni ley que nos ampare. A merced de comerciantes tramposos y soldados violentos”. Lejos de nuestro ánimo reivindicar a Roca, masón insigne, promotor del laicismo y perseguidor de la Iglesia. Pero ¿no suena esto demasiado a folletín del tipo La Patagonia rebelde?".

http://elblogdecabildo.blogspot.com.ar/2007/11/propsito-de-dos-beatificaciones.html

Al Neri dijo...

Que sí, Tábano, que ya sé que los anarquistas fueron muy malos en la Patagonia rebelde y en la Semana Trágica, pero solo quería despolitizar un poco el post. Eso sí, me interesaría saber cuáles fueron los motivos concretos por los que Perón terminó autorizando la película.

Esta historia también me ha despertado la curiosidad por la Liga Patriótica argentina, que también sale en la peli.

Tábano porteño dijo...

Neri: respecto de los motivos concretos de Perón para la autorización, por lo que sé nunca se expusieron abiertamente. Pero en realidad no es difícil conjeturarlos: Perón era un estadista que se consideraba por encima de las partes en conflicto en la sociedad argentina (izquierda y derecha), y por tanto tendía a intentar evitar exacerbar a alguna de ellas; máxime teniendo en cuenta que siempre fue sospechado de protofascista por la izquierda (y no hace falta hablar de la filiación ideológica de los fautores del filme y ni qué decir del novelista).

Pero es el propio Bayer en una entrevista quien da algún indicio sobre los hechos que fueron de la prohibición a la autorización: hace hincapié en la influencia del Comandante en Jefe del Ejército de entonces, L. Anaya, quien según el "anarcopacifista" Bayer habría impulsado la prohibición con el lógico motivo de que su antepasado del mismo apellido fue uno de los militares que reprimieron a los revoltosos (hay quien considera que fue el verdadero "cerebro" de las operaciones, más que Varela). Copio dos párrafos de la entrevista:

"-La película fue autorizada para su realización durante el gobierno de Cámpora y luego fue censurada por Isabelita a través de López Rega.


-Primero prohibieron mi libro sobre Giovanni [Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia; 1970], ya era una señal. Después de [Raúl] Lastiri sube Perón y él no me permite el final original del libro, que era el de las putas de San Julián. Entonces tuvimos que hacer otro, que es cuando los ingleses le cantan "porque es un buen compañero" al teniente coronel Varela. Se presenta a la censura en el Ente de Calificación y el miembro del Ministerio de Defensa dice que no la aprueba. Como la censura tenía que ser aprobada por los cinco miembros, no estaba ni aprobada ni rechazada, sino en un limbo, pero no podía pasarse.

-¿Y cuándo finalmente se pudo exhibir?

-El secretario de prensa de Presidencia, Emilio Abras, nos cuenta que Perón todos los sábados a la noche pedía ver una película en Olivos, junto con Isabelita. Todos los lunes esperábamos el llamado. Pasaron los sábados, hasta que un día nos llamaron porque Perón había pedido que la den en todos los cines del país. No le creímos, pero era verdad. Perón había visto declaraciones del comandante en jefe del Ejército [Leandro Enrique Anaya], quien había dicho que obedecía a sus mandos superiores. "¿A quién si no? ¿Qué me está queriendo decir?", se enojó Perón, y entonces lo llamó a Abras para que pasen la película, donde el capitán Elbio Anaya, tío del general, actuaba [fue uno de los represores] en una de las huelgas. La película anduvo muy bien hasta que murió Perón; con Isabel, es prohibida un 12 de octubre. Y ese mismo día salgo en la lista de la Triple A. [Luis] Brandoni y [Héctor] Alterio también tuvieron que exiliarse."

http://www.lanacion.com.ar/1741493-ob-el-radicalismo-deberia-hacer-una-autocritica-por-la-patagonia-y-el-peronismo-por-lopez-rega-ob-a-40-anos-de-la-patagonia-rebelde-censura-exilio-y-anecdotas-inolvidables

Tábano porteño dijo...

Respecto de la Liga Patriótica: puede leerse una visión políticamente incorrecta que busca sintetizar los motivos de su existencia en este sitio:

http://es.metapedia.org/wiki/Liga_Patri%C3%B3tica_(Argentina)

Varias de esas banderas serían esgrimidas unos años después por el peronismo, pero al ser éste de carácter más bien ecléctico, algunos de aquellos grupos nacionalistas se le unieron y otros lo rechazaron. Perón llamaría a éstos "piantavotos" ("espantavotos"), juzgándolos incapaces por su dogmatismo estricto para la formación de un movimiento popular de grandes alcances con vocación de poder.

Por cierto, aquí en Argentina el término "nacionalista" no tiene las connotaciones negativas que creo tiene en España, donde por lo que sé implica separatismo territorial. Aquí es más bien al revés: el nacionalismo católico es la doctrina que busca sostener la unidad nacional contra la dispersión que implica la "partidocracia", el régimen demoliberal de partidos políticos, y se basa en lo social en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia. Nunca tuvo el poder directamente (quizá dando la razón a Perón) pero tuvo intelectuales que influyeron en varios momentos de la historia.

Una cosa más: parece sintomático que la elogiosa entrevista a Bayer que cito más arriba fuera efectuada por el diario La Nación, "conservador", "de derechas". Una vez más parece confirmarse eso de que las dos caras del "sistema" se tocan: en el caso de tal diario conservador, liberalismo puro y duro en las notas de economías, y elogios a un "anarquista pacifista" en la sección "cultura" (?).