domingo, 10 de febrero de 2013

DJANGO DESENCADENADO

Está claro que las pelis de Tarantino o te apasionan o las aborreces, porque este realizador rompe todos los moldes cinematográficos conocidos y se dedica a provocar al espectador sin disimulo. Como si hubiera hecho una promesa de no ser encasillado jamás, el carismático director de Tennessee vuelve a la carga, esta vez con Django desencadenado, un western que solo comparte título con el filme de Corbucci (1966), para dejarnos boquiabiertos, hacernos sucumbir de risa y de espanto alternativamente y tenernos como estatuas tres horas (que se dice pronto) delante de la pantalla con la sensación de haber pasado solo veinte minutos.

Todo en Django es sorprendente, inquietante, diferente, emocionante, estridente y delirante. Y no se me ocurren más adjetivos para definir esta nueva obra maestra que está a la altura, y yo diría que sigue la misma estela, que Malditos bastardos.

Con este hombre tienes la sensación de que lo de menos es el argumento. Esta vez se trata de un esclavo negro que dos años antes de la Guerra de Secesión es liberado por el doctor Schultz (Cristoph Waltz), un pedante y violentísimo cazarrecompensas alemán, para que indentifique a tres capataces de una plantación por los que ofrecen una fortuna. A cambio, Schultz se compromete a ayudar a Django a recuperar a su esposa, que había sido vendida poco antes en el estado Mississippi. A partir de esta historia con tintes románticos, un poco inspirada en las leyendas de caballeros medievales al rescate de su dama y que es un homenaje descarado a los spaghetti-westerns, Tarantino exhibe su artillería pesada y su repertorio de fuegos artificiales atreviéndose a veces a pisar terrenos en los que se hundiría cualquier otro cineasta.


Los platos fuertes (más bien saturados de tabasco) de esta película son Cristoph Waltz (¡el coronel Landa de los Bastardos!) y Samuel L. Jackson; las típicas escenas tarantinescas de diálogos ricos y tensión insoportable; una violencia desmesurada que roza lo imposible y entra de lleno en lo barroco; un sentido del humor inigualable y una música que, de verdad, hay que echarle huevos. La banda sonora está formada por algunas piezas clásicas de Morricone para las obras de Leone, pero también incluye el tema principal de la almeriense de Corbucci, cosas de Bacalov y de Ortolani, y un rap de no sé quién. La mayor parte de la música te deja alucinado porque no pega ni con cola con los planos que acompaña.

Yo recomendaría mucho la cinta, que es un verdadero soplo de aire fresco entre tantos productos clónicos hollywoodienses, pero toca advertir de nuevo, mucho más aún que en Inglourious Basterds, que las escenas violentas (un 40%) son crudas de verdad, con imágenes más propias de un quirófano o de una casquería, así que ojo los muy sensibles.

7 comentarios:

Aprendiz dijo...

Esta debe ser la película que me contó mi amiga que fue a ver en la que las chicas que iban salieron espantadas, y los chicos salieron emocionados...

Virginia dijo...

Qué oportuno, la he visto este fin de semana :)

Tarantino tiene una habilidad especial para crear tensión (asfixiante y palpable) sin apenas palabras. Hay momentos en los que contienes la respiración y aprietas el culo. Y lo intuyes, lo sabes: la que se va a liar, esto va a acabar como el rosario de la aurora...

Imposible dejarte indiferente.

tomae dijo...

Aprendiz (perdone Al) a mi chica le gustó muchísimo ... no te espante verla.

Para mi Tarantino es Genio, porque en la mayoría de escenas da pruebas de su ingenio ...y posiblemente gracias a ese ingenio fuera de lo corriente tiene la "licencia" de sembrar violencia en "la sala" sin que le importe al espectador ...

No he visto "Lincoln" y me cuestioné cuál de las dos formulaba mejor crítica contra la Esclavitud.

Esas películas de Tarantino, se han de ver varias veces porque siempre hay algún detalle que se escapa...

C. S. dijo...

De todas las abominaciones estéticas que ha perpetrado este ser, ésta es sin duda la peor: No sabe rodar en exteriores (los pocos planos decentes que hay, como ese de la nieve y los búfalos, los ha tenido que copiar de Ford o de spagetti western de la peor especie) Está llena de referencias a pelis setenteras como guiños a aficionados macarras (Brunhilda von Shaft ¡por favor!) Los diálogos, por lo general, mucho menos divertidos que en otros de sus engendros (lo único que se le da bien) están mal rodados (igual en el papel, pero sólo en el papel, daban el pego) ¡y la ambientación histórica! ¿no pudo encontrar un manual de secundaria? ¿qué hace la gente con Colts de seis tiros y con winchester ANTES de la guerra de Secesión?

La de Lincoln adolece de exceso de solemnidad (nada que ver con la frecura de la de Ford) Eso sí: Daniel y Sally lo hacen de maravilla.

Al Neri dijo...

Gran crítica, C.S.. ¿Y que hacen encapuchados tipo Klan antes de la guerra? Lo que pasa es que a Tarantino el rigor histórico le importa un huevo. A mí me gusto más "Malditos bastardos", que conste.

Ah, fui a verla con tres chicas y un chico, y a este fue al único que no le gustó...

La de Lincoln no me la perderé.

Aprendiz de brujo dijo...

A mi con Trantino me ocurre una cosa curiosa:solo he visto Pulp Fiction, que por otra parte me parece sencillamente una bora maestra.
Me pareció sublime.Actores en estado de gracia, banda sonora magnífica, guión original y brillante.

Por cierto, imprescindible verla en V.O , bajo mi humilde punto de vista.
Pero no sé porqué me ha dado tanta pereza ver el resto de sus films. Es más, creo que no me van a gustar.
Esta semana me voy a meter con Malditos Bastardos, con el mayor de los escepticismos.
Voy a ponerme políticamente incorrecto, que por otra parte todos insinuais: Tarantino hace cine para hombres.Dicho de otro modo:apostaría doble contra sencillo, a que el número de Tarantínofilas es la tercera parate que los varones incondicionales del bello director.

sefo dijo...

A mí me han dicho que es larguísima y que es una salvajada muy desagradable ásí que una que no va a ir a verla.