viernes, 19 de febrero de 2016

EL PERDÓN DEL ARZOBISPO

Ayer comenzó el juicio contra la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, la podemita Rita Maestre, por los hechos acaecidos en 2011 en el campus de Somosaguas de la Universidad Complutense. El episodio es de todos conocido. Unas quince señoritas capitaneadas por la actual concejala de Bienestar de la capital de España accedieron por la fuerza (empujando a un sacerdote) a la capilla de la Facultad de Psicología, en cuyo interior se desnudaron de cintura para arriba y corearon con un megáfono diversas proclamas anticlericales como “arderéis como en el 36” y “el Papa no nos deja comernos las almejas”. El Fiscal pide un año de cárcel para Rita por un delito contra los sentimientos religiosos. La concejala, que entonces tenía 22 años, ha declarado ante el juez que “no tiene ningún sentido que haya una capilla, ni de de la Iglesia Católica ni de ninguna confesión religiosa, en una universidad pública. Ese era mi mensaje” y que “un torso desnudo no es un gesto ofensivo”.

A pesar de mis tentaciones, no voy a hacer ningún comentario sobre estos sucesos. Elijo morderme la lengua, más que nada por no resultar cansino repitiendo mis opiniones sobre incidentes similares. Todos los seguidores de La pluma viperina saben de sobra qué medidas concretas creo que deberían adoptarse contra esta joven.

Foto del asalto a la capilla de la Universidad Complutense
De quien sí voy a opinar sin cortarme un pelo –y ya lo siento– es del Arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro. Curiosamente la identidad de la líder de las asaltantes no trascendió hasta 2015, cuando Ahora Madrid ganó las elecciones municipales y Manuela Carmena la nombró concejal portavoz. El prelado, entonces, se apresuró a felicitar a la flamante alcaldesa por su victoria y a quitar hierro a la “travesura” de su pupila, declarando que “no hay que exagerar, hay que ponerlo en su lugar", y que "cualquier persona, si de verdad sabe quién está presente realmente en el Sagrario y en la Eucaristía, no haría esas cosas".

Pero eso no es todo. En las últimas semanas, en vísperas del juicio, la militante de Podemos, que está acojonada por su posible condena, ha acudido al Palacio Episcopal a "pedir disculpas" a monseñor Osoro, quien se ha limitado a manifestar que “a veces, a una edad determinada, todos hacemos cosas que después descubrimos que no debieran hacerse así o que deberíamos respetar otras cosas (…) Todos hemos tenido 18 y 19 años. No sé lo que habrán hecho otros, pero sí sé lo que he podido hacer yo". Según fuentes episcopales, el arzobispo considera beneficioso "pasar página" y no va a apoyar la denuncia ni a declarar contra la audaz feminista.

Para mí que el mitrado confunde el culo con las témporas. Me parece perfecto que se avenga a perdonar cristianamente a esta individua, es decir que destierre cualquier asomo de odio o rencor, trate de olvidar su conducta y, si lo desea, ponga a cero el contador de sus sentimientos hacia ella. Nada que objetar, puesto que yo, como católico, también he perdonado a esta hermana mía descarriada, por la que rezo de vez en cuando. Pero ya se sabe que el perdón, en nuestra Fe, exige verdadero arrepentimiento y no está exento de penitencia. Osoro, que aunque parezca un perfecto idiota, no lo es en absoluto, tiene que intuir que a Rita no le atormentan los remordimientos por haber asaltado un oratorio con el pecho al aire vociferando amenazas violentas. Además, como el perdón no excluye el castigo y resulta que monseñor es la máxima autoridad eclesiástica en Madrid, le corresponde defender a los fieles y el buen nombre de la Iglesia, y, por lo tanto, respaldar la denuncia interpuesta y hacer todo lo que esté en su mano para que la descocada izquierdista pague por su delito.

Rita Maestre y su ex pareja Íñigo Errejón

Ya sabemos que lo ideal es que Rita y sus muchachas se hubieran encontrado en la capilla con cuatro o cinco católicos concienciados de veras y, a ser posible, muy impulsivos, pues así el conflicto se habría resuelto de manera espontánea, sin tribunales ni papeleos. ¡Y sin rencores, por supuesto! Pero ya que las cosas han seguido un derrotero legal (y no gracias al Arzobispado, que ni siquiera denunció), lo suyo es que el señor arzobispo se deje de despropósitos y apoye por lo menos la acción legal ejercitada por varias asociaciones, que defienda lo que la Iglesia representa y se abstenga de quitar importancia a un atentado tan grave y gratuito contra la sensibilidad religiosa de millones de españoles.

¿Acaso el Arzobispado renuncia a ejercer sus acciones y derechos legales en el ámbito civil cuando alguien lesiona sus intereses económicos? ¿Acaso no defiende con uñas y dientes sus prerrogativas fiscales y patrimoniales cuando cualquiera las pone en entredicho? ¿Es que no se vuelca todos los años en una intensa campaña para que los contribuyentes marquen la equis a favor de la Iglesia en sus declaraciones? ¡Pues aquí lo mismo! No se entiende tanto rigor defendiendo unas cosas y tanta flexibilidad (por no decir pasividad) con otras. Su Excelencia Reverendísima debería dejar de hacer el payaso y luchar a brazo partido por la dignidad de la Institución, cesar de lamer el culo al gobierno municipal y combatir las humillaciones y faltas de respeto que los rojos y las feministas infligen a los católicos día sí y día también. Lo que tiene que hacer monseñor es ponerse en su sitio y dejar de avergonzarnos a los creyentes.

Lamento tener que expresarlo con tanta crudeza, pero el arzobispo de Madrid se está comportando como una babosa en su esfuerzo por mantener una relación cordial con el Ayuntamiento. Me parece triste que no quiera enterarse de que los planes de Podemos y sus satélites son mearse en la Iglesia, en sus pastores y en sus fieles cada vez que surja la más mínima oportunidad, como vienen demostrando Carmena y Ada Colau desde que tomaron posesión de sus respectivas alcaldías. 

El arzobispo de Madrid se está comportando como una babosa

También me parece penosa la evolución de la Iglesia española en general. La mayoría de sus posturas y reacciones están más condicionadas por su poder real y su capacidad de influencia que por el cumplimento de su misión. En la España de hace cincuenta años, cuando la Iglesia contaba con el máximo respaldo social y político, un arzobispo no solo habría condenado con vehemencia un crimen como el de Rita Maestre, sino que habría desplegado todo su poderío para garantizar una represión ejemplar. Y hoy todo lo contrario. En una Iglesia arruinada, con los templos vacíos, con toda la prensa aireando sus miserias ciertas o inventadas– , la ciudadanía pasando de los curas y los neomarxistas a las puertas del gobierno, ansiosos por arrasar todo vestigio de religiosidad, en una Iglesia así, digo, parece no haber lugar para la honra y la decencia, y nos tiene que tocar un monseñor Osoro que se suba la sotana hasta la cintura y se agache bien agachado para que el rojerío haga con él lo que quiera. Malo es que no proteste por la profanación de la capilla ni por el apoyo explícito de Podemos a esta agresión, pero que encima reste importancia a lo sucedido, disculpe a las responsables y se niegue a perjudicarlas en el juicio es un salivazo en plena cara de los pocos que seguimos respetando el papel de la Iglesia en nuestra sociedad. 

Está visto que debemos ir acostumbrándonos a que la Jerarquía eclesiástica, en su cobarde debilidad, trague con cualquier cosa antes que molestar a los peores enemigos del Cristianismo.


Más sobre este tema en La pluma viperina: ¡Toño, fuera de mi coño!

7 comentarios:

Aprendiz de brujo dijo...

A mi lo que más me descorazona de todo esto, es que el duendecillo de Errejón haya retozado con Rita Maestre, que me parece una mujer extraordinariamente atractiva.
Puto enano...

Yo creo que el poste es muy sugestivo, muy interesante, aunque equivocado en buena parte de su contenido, (en mi nada modesta opinión).

Las actitudes de estas damas, (Colaus, Maestres...etc), son impresentables y deben tener consecuencias penales.
Estoy en contra de la presencia de una capilla en una Universidad Pública, pero la forma de reivindicar esta idea debe ser civilizada, legal y respetuosa.
Este tipo de actitudes son muy torpes por parte de los colectivos feministas e izquierdistas, puesto que ofenden a una parte de la sociedad española que creemos en la aconfesionalidad del Estado y en una sociedad laica; pero que sin embargo hemos recibido una educación religiosa y que tenemos raíces familiares católicas.
Respecto al Obispo creo que ha actuado bien aunque algunas frases sacadas de contexto suenan mal y Osoro debería tener en cuenta estas cuestiones.
Debería haber perdonado a la señora Maestre pero haber empleado un lenguaje más asertivo y no tan magnánimo. Efectivamente esto NO SON PECADOS DE PECADOS DE JUVENTUD, SINO AGRESIONES INDESEABLES E IMPRESENTABLES.
Por otra parte creo que a los carcairacundos que están lapidando al Obispo, esta postura no les hubiera valido y también habrían hecho mofa y befa de su postura.
Buena entrada Neri.

Tábano porteño dijo...

Y lo terrible es que decadencia de la Iglesia y decadencia de Europa según los entendidos son una y la misma cosa (el videíto es más que elocuente):

http://panoramacatolico.info/articulo/ser-europeo-que-es-europa

Anónimo dijo...

QUÉ ASCO DAN ESAS ASQUEROSAS SINVERGUENZAS Y LLENAS PERO LLENAS DE MALDAD Y AL SEVICIO DE SATANÁS SOOO DESGRACIADAS¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
TENEIS QUE PASAR POR ALGO QUE OS TENGAIS QUE ARREPENTIROS Y VOLVER AL BUEN CAMINO

Zorro de Segovia dijo...

se que no soy muy original en mi comentario, pero a veces no hay que inventar la rueda cuando otro se expresó mejor antes: "es intolerable que un ciudadano confunda libertad con libertinaje". El libertinaje coarta la libertad de otros ciudadanos, y debe ser reprimido con la ley y la pena.

Al Neri dijo...

Un vídeo precioso, Tábano.

Brujo, si el arzobispo la hubiera perdonado pero sin bajarse los calzoncillos, e interponiendo además denuncia o apoyando la que ya existe, yo no le habría hecho crítica alguna.

A Osoro no le han sacado ninguna frase de contexto.

J dijo...

..."cualquier persona, si de verdad sabe quién está presente realmente en el Sagrario y en la Eucaristía, no haría esas cosas"

Y yo digo: cualquier Arzobispo, si de verdad sabe quién está presente realmente en el Sagrario y en la Eucaristía, no se comportaría en este asunto como se ha comportado monseñor Osoro.

Habría perdonado, sí. Pero habría perdonado exigiendo lo que exigía Cristo para perdonar (que es lo que se nos pide a los católicos cuando nos confesamos): arrepentimiento, propósito de enmienda y reparación. Y la Maestre ni está arrepentida, ni tiene propósito de enmienda ni ha hecho ningún acto de reparación.

Los católicos -empezando por la jerarquía- nos estamos comportando como auténticas nenazas pusilánimes en estos tiempos que corren y nos merecemos una persecución mucho más fuerte de la que ya se produce. Es el único camino que veo para separar el grano de la paja y para que resurja un catolicismo verdadero del que se encuentre orgulloso Nuestro Señor Jesucristo.

Brillante artículo, señor Neri.

Al Neri dijo...

Gracias, J. Me alegro de verle por aquí, hacía mucho que no se pasaba.