viernes, 31 de julio de 2015

CON LOS AÑOS...


Según voy cumpliendo años me doy cuenta de que tardamos demasiado tiempo en conocernos de verdad a nosotros mismos. Cualquier veinteañero cree conocerse bien, pero lo cierto es que aún tiene una idea demasiado incompleta y difusa sobre su personalidad, capacidades, límites e incluso gustos. Creo que hasta que no cruzamos la barrera de los treinta o treinta y cinco no somos capaces de observarnos introspectivamente con la suficiente objetividad. Y algunos necesitan mucho más tiempo.

A mí me ha sucedido con mis defectos. De más joven tenía las mismas o parecidas limitaciones personales que ahora pero por lo general me negaba a aceptarlas, me esforzaba continuamente en disimularlas e incluso en no pocas ocasiones me autoatribuía habilidades o aptitudes de las que carecía por completo, en mi insensato afán de proyectar una imagen ideal de mí mismo. Para mí la madurez ha consistido en hacerme, poco a poco, una composición de lugar aceptable sobre mi puntos fuertes y débiles, mis virtudes y mis taras, mis talentos y mis debilidades. A mí la edad me ha enseñado no a sentirme cómodo con mis muchas imperfecciones, sino a convivir con ellas con naturalidad, sin aspavientos y sin avergonzarme más de la cuenta; a convencerme de lo que hay sin comerme demasiado el coco y sin negar lo evidente.

He aprendido también que para conocerse bien hay que tener voluntad de hacerlo. Hay mucha gente que no tiene el mínimo interés en hacerse un chequeo imparcial ni en sacar otras conclusiones sobre su manera de ser o sobre su vida que las que elaboró antaño desde el subjetivismo bisoño de la primera juventud. Otra herramienta indispensable para vernos por dentro son las personas que nos rodean, amigos y enemigos. Está claro que si no somos capaces de enterarnos de nuestros defectos con nuestros propios medios, muy rara vez alguien nos los va a explicar de palabra. Por eso es tan importante, y es una destreza que se adquiere con el paso del tiempo, saber observar a quienes conviven o trabajan diariamente con nosotros. Será difícil que nos señalen, a la cara, esas lacras nuestras que tanto nos cuesta ver, pero su comportamiento, actitudes y lenguaje no verbal, bien captados e interpretados, nos pueden dar las pistas suficientes para esbozar un autorretrato robot bastante fiel, para dibujar sin miedo el mapa de nuestras luces y sombras.

miércoles, 29 de julio de 2015

LA TRAGEDIA DE RAMREE



Hoy voy a relatar uno de los episodios más escalofriantes de la Segunda Guerra Mundial, el de la batalla de la isla birmana de Ramree.

Esta isla del Índico, de casi 1.500 km² y situada en la Bahía de Bengala, frente a la costa de Bruma, fue ocupada por las fuerzas imperiales japonesas en 1942. A principios de 1945 cuatro brigadas de la Marina Real Inglesa, apoyadas por la fuerza aérea, iniciaron un asalto anfibio a la isla para hacerse con su estratégico puerto de Kyaukpyu y el aeródromo cercano. Ocupadas las playas por los británicos, mil soldados nipones se vieron obligados a retroceder hacia el interior, atravesando lentamente una zona pantanosa de 16 kilómetros, con la esperanza de encontrar tierras más elevadas.

Pese a los llamamientos aliados a la rendición, los japoneses no aceptaron e incluso fueron fusilados en el acto todos los oficiales vacilantes.

Los nipones avanzaban pisando huevos por los manglares, con el agua embarrada hasta el pecho y los fusiles en alto, sufriendo los efectos de la artillería inglesa situada en el borde del pantano y de las balas de los francotiradores. Al poco de comenzar la durísima marcha, empezaron a caer soldados como moscas por efecto de la deshidratación y de las picaduras de serpientes, tarántulas, escorpiones e insectos tropicales.

Pero lo peor llegó al anochecer.

Cuentan los ingleses que apenas se puso el sol se empezaron a oír por todo el manglar disparos desordenados, explosiones de granadas y estremecedores alaridos humanos. Toda la zona estaba infestada de cocodrilos de agua salada (Cocodylus porosus), también llamados devoradores de hombres, la especie más  grande de cocodrilo, que fácilmente puede alcanzar 7 metros de largo y tonelada y media de peso. Cientos de estos saurios habían acudido al pantano atraídos por el olor de la sangre y el ruido de la batalla, y comenzaron a devorar a la gente de forma sistemática, atacando por sorpresa gracias a la oscuridad.

Los japoneses avanzaban en pequeños grupos en la penumbra y pronto atisbaron gigantescas sombras que emergían de los matorrales y se lanzaban al agua. A los pocos segundos, el último soldado de la fila lanzaba un grito sobrecogedor mientras se hundía en el fango y se escuchaba con toda claridad el crujir de sus huesos bajo las fauces de una de estas bestias. Los que estaban cerca lloraban de terror y se apresuraban a vaciar sus cargadores y a lanzar a la desesperada sus bombas de mano contra los remolinos de agua, barro y sangre que se formaban tras cada ataque.

La pesadilla se prolongó varias noches de los últimos días de enero y primeros de febrero de 1945.

Cocodrilo de agua salada


Trascribo un párrafo del libro Wildlife Sketches Near and Far, de Bruce Stanley Wright, para que nos hagamos una idea del alcance de la masacre:

“Los cocodrilos se concentraron en los heridos y en aquellos que estaban demasiado extenuados o aterrorizados como para huir. El cocodrilo de agua salada tiene una particularidad tenebrosa: continúa atacando a pesar de que ha obtenido carne suficiente. Generalmente llevan a sus víctimas al agua, a madrigueras inundadas donde acumulan los trozos de carne. Los soldados que lograron correr fueron perseguidos en la oscuridad, teniendo que desplazarse a través de un lodo que impedía su retirada. Incluso aquellos que lograron trepar a los árboles no estaban a salvo. Los cocodrilos aguardaron pacientemente hasta que el hambre los obligaba a descender y muchos prefirieron acabar con el horror pegándose un tiro en la cabeza. El ruido de los disparos y de los gritos se hizo cada vez más raro a medida que los hombres morían, pero a veces era posible escuchar el sonido de las mandíbulas rasgando la carne y los aullidos de dolor. El sonido de miles de cocodrilos masacrando a mil hombres es algo que raramente se escucha en la Tierra, y no debe ser nada agradable. Cuando amaneció, los zopilotes y buitres sobrevolaban el pantano, ansiosos por limpiar aquello que los cocodrilos habían dejado.

De los casi 1000 soldados japoneses que se adentraron en el pantano de Ramree, sólo 20 fueron encontrados con vida.”

El Libro de los Records Guinness considera esta tragedia como “el mayor número de víctimas humanas en un mismo ataque de animales”.

domingo, 26 de julio de 2015

PICADURAS VERANIEGAS (3): TÁBANOS



Hembra de tábano de ojos rayados

El asqueroso tábano también puede arruinarnos una excursión campestre estos días de vacaciones. Los tábanos son unos insectos dípteros del suborden de los braquíceros, es decir que pertenecen a la misma familia que las moscas comunes. De hecho son muy parecidos a las moscas pero bastante más grandes. En España hay muchas especies de tabánidos.

El macho y la hembra son muy distintos y es esta última la peligrosa. Los machos son totalmente inofensivos y se alimentan del polen de las flores, mientras que las hembras son hematófagas y pican al ganado doméstico para nutrirse de las proteínas de su sangre. Son mucho más voluminosas que los ejemplares masculinos y, a diferencia de ellos, tienen los ojos completamente separados, como en la foto del post.

Estos bicharracos, similares a un moscardón aunque de apariencia más siniestra, frecuentan áreas rurales con ganado bovino, caprino y equino, y vuelan a velocidades de más de 30 kilómetros hora. Las hembras poseen un aparato bucal picador-cortador especializado en la extracción de sangre con el que pueden atravesar sin problema la dura piel de un toro o de un burro. Yo no llamaría picadura a la herida que causan, pues no se limitan a pinchar la piel para atravesarla, como los mosquitos, sino que más bien cortan la carne y después chupan el líquido sanguíneo.

Atacan sin dudarlo al hombre, como saben muy bien los ganaderos. Tienen predilección por las personas inmóviles y vestidas con ropa oscura, y acostumbran a posarse por encima de la ropa para evitar ser espantados. Con las cuchillas que llevan acopladas en la boca pueden morder vorazmente casi a través de cualquier tejido.

El picotazo de este insecto no tiene grandes riesgos para la salud, pero es una faena sufrirlo. El dolor que provoca es bastante agudo y la lesión considerable. Si están acostumbrados a picar a vacas, es fácil imaginar qué pedazo de agujero nos pueden hacer a nosotros en el cogote. Aparte de la lesión y del intenso escozor, pueden llegar a sufrirse mareos y debilidad, inflamación de los ganglios y algo de fiebre. El mayor problema es que los tábanos van picando por ahí a toda clase de animales mamíferos, incluidos perros, y podrían causarnos una seria infección si tenemos la mala suerte de que nos elijan a nosotros para alimentarse.


Posts anteriores sobre picaduras veraniegas:

- Avispas y abejas
- Escorpiones

viernes, 24 de julio de 2015

CANIVELL



Canivell confraternizando con el Ministro de Industria


Todos los medios se despiden de José Sazatornil ensalzándolo como uno de los grandes secundarios de nuestro cine. Estoy de acuerdo, aunque me parece importante recordar que el mejor papel de Saza, con diferencia, es el que interpretó en una de las pocas películas en que fue protagonista: La escopeta nacional (1978), de Luis García Berlanga.

Jaume Canivell es posiblemente el personaje más logrado de la filmografía patria. Para mí es todo un símbolo que representa fielmente la mentalidad y los usos de un amplio sector del empresariado español.  No solo personifica, de forma caricaturesca pero exacta, a los hombres de negocios del tardofranquismo, sino a generaciones enteras de industriales y comerciantes en este país de pícaros.

Invierno del 72. Canivell es un fabricante catalán de porteros automáticos que ha patrocinado una cacería para gerifaltes en el coto de unos marqueses en los alrededores de Madrid. Acude al cazadero acompañado de su amante (a la que presenta como su secretaria) y, tras los ojeos de perdiz, se dedica a hacer la rosca al Ministro de Industria (Antonio Ferrandis) para obtener la adjudicación de un contrato a cambio de la correspondiente comisión. Para lograr su propósito, Canivell persigue penosamente a los altos cargos presentes en el coto, derrocha simpatía, se humilla, se muestra teatralmente obsequioso, coleguea sin prudencia ninguna, ofrece favores personales, ríe o gimotea según le conviene y, sobre todo, hace gran ostentación de su enemistad con los rivales políticos del ministro, unos tecnócratas del Opus Dei. Después de la cena llega un telegrama de El Pardo anunciando el cese fulminante del ministro y su casi segura sustitución por un numerario de la Obra presente en la finca. El intrépido Canivell tendrá que rediseñar su estrategia, y no le dolerán prendas en pedir perdón a los opusinos ofendidos y fingirse un devoto católico.

Sazatornil, especialista en papeles de antihéroe malhumorado, borda la interpretación aportando matices geniales a un personaje que también sale en la película de nuestras vidas cotidianas: el clásico empresario o comercial que aborda a los poderosos sin ninguna sutileza en su seguridad de que el mundo solo se mueve a golpe de billetera y de amiguismo. Aunque el prototipo humano nos resulte repugnante, Saza supo ponerle la sal y la pimienta justas para que termináramos simpatizando con ese pobre diablo de Canivell, que no se entera de nada. Su insistencia a prueba de bomba, su sonrisa dentuda y aparatosa, su infantil manera de tratar de enredar a quien está de vuelta de todo, su incapacidad de disimulo, sus ojos como platos ante los contratiempos, y su total ausencia de dignidad personal nos hacen olvidar, entre carcajada y carcajada, que en realidad estamos ante un mierda como los que, en pleno 2015, siguen rondando como lobos hambrientos a los cargos políticos. Porque la Administración ha cambiado mucho, al menos en las formas, pero algunos directivos de empresas siguen siendo caniveles puros, casi con la misma cara y los mismos gestos que Sazatornil.

Con un vídeo de Canivell en acción con el banquero del Opus Castanys nos despedimos de nuestro querido Saza del que hemos disfrutado tantos años.

Descanse en paz.




domingo, 19 de julio de 2015

TENÍAN USTEDES RAZÓN


“Las gentes salen del rosario. La calle rebosa murmullos piadosos, porque siempre se habla con deje de ora pronobis al acabar un rezo colectivo. Mucha gente. Antes sólo octubre acumulaba multitudes marianas; ahora reza la ciudad en pleno noviembre. Es de mal efecto y difícil remontar esta humana corriente. Cuando voy a alcorzar por una callejuela me lo he encontrado de cara; está más delgado, más viejo. Parece que estos cuatro meses le han caído directamente en las espaldas. Tiene en la boca una sonrisa de miedo. ¿Será posible que tema alguna violencia por mi parte? El viejo profesor era bastante anaranjado. Un bocazas de Ateneo; pontificaba su sabiduría y su visión de lince. ¡Ah, la política española! Nosotros, qué chiquillos para él. Y ahora me mira titubeante y encogido; debo asustarle con mi encapotada presencia. De golpe, comprende que los niños se le escaparon de las manos, se le hicieron hombres, otros hombres distintos de los que él quiso. Se derrumba su vida a mis plantas, le brillan los ojos cuando me coge la mano tímidamente entre las suyas y me la va oprimiendo, confiándose —se le borra el miedo y le nace la paternidad en la boca—, hasta hacerme daño. Me da lástima.

—Tenían ustedes razón.

Él viene también del rosario. Yo me acuerdo que nos soltaba, como perros rabiosos, sátiras del «Fray Lazo»; le molestaban las campanas clamorosas bautizando el aire al sol del mediodía o al dorado del coro o a víspera alegre de procesión o fiesta; y en este momento quizá las echa de menos sobre sus culpas. Esto se llama una rectificación de frente. El convertido se aleja. Creo que he llegado a balbucir unas palabras cariñosas. Es un pobre hombre, ahora.” 

La fiel infantería (Rafael García Serrano, 1943)

viernes, 17 de julio de 2015

LOS MÉTODOS DE LA TROIKA

Tsipras captó rápidamente el significado de la segunda oferta

Una de las formas de amenazar de la vieja mafia siciliana consistía en ir rebajando la oferta inicial en las negociaciones cuando la parte contraria se negaba a aceptar la “propuesta” planteada. En la Sicilia de principios del siglo XX se practicaba mucho esta técnica cuando el mafioso local pretendía comprar la finca de un campesino. Por ejemplo, empezaba ofreciendo al propietario un  millón de liras por el terreno, pero si este se negaba a vender, le hacía una segunda oferta de 800.000 liras. El aldeano comprendía rápidamente que no quedaba otra que aceptar la transacción so pena de aparecer muerto a los dos días en un naranjal.

En la novela y en la película de El Padrino se describe este curioso modus operandi en el relato que Michael le hace a su novia sobre la historia de Johny Fontane:

“Don Corleone se encargó personalmente de las negociaciones. Ofreció a Les Halley veinte mil dólares para que anulara el contrato que Johnny Fontane tenía con él. Cuando Halley ofreció quedarse sólo el cincuenta por ciento de las ganancias de Johnny, Don Corleone estuvo a punto de echarse a reír y bajó su oferta de veinte mil a diez mil. El director de orquesta, que evidentemente no conocía otro mundo que el de las variedades, confundió completamente el significado de la segunda oferta. No quiso aceptarla.

Al día siguiente, Don Corleone fue a ver de nuevo a Les Halley, esta vez con sus dos mejores amigos: Genco Abbandando, su ´consigliere`, y Luca Brasi. Sin ningún otro testigo, Don Corleone persuadió al director de orquesta de la conveniencia de firmar un documento por el que renunciaba a todos sus derechos en relación con Johnny Fontane, contra pago de un cheque garantizado por valor de diez mil dólares. Don Corleone convenció a Halley poniéndole una pistola en la frente y asegurándole que, al cabo de un minuto justo, en el documento estaría estampada su firma, o bien sus sesos.”

La semana pasada hemos vivido un episodio de la política internacional que me ha recordado mucho a este "arreglo" entre Don Vito y el pobre Les Halley. Me refiero a las negociaciones del gobierno de Alexis Tsipras con la Troika europea. Las condiciones iniciales de rescate que Merkel y Hollande propusieron a Tsipras, y que fueron rechazadas en referéndum por el pueblo griego, se endurecieron sensiblemente en la siguiente conversación y a SYRIZA no le quedó otro remedio que comérselas con patatas.

Solo hay tres cosas claras en todo este asunto: el plebiscito griego ha sido una tomadura de pelo, Tsipras es un pésimo negociador y la Troika gusta de los métodos sicilianos para alcanzar “acuerdos”.

jueves, 16 de julio de 2015

UN ALCALDE SOCIALISTA

Hace un mes, gracias al apoyo del resto de partidos de izquierdas, se ha convertido en alcalde de mi ciudad un monigote de bajísimo perfil cuyo nombre no merece la pena ni mencionar. La prensa de aquí dio la noticia con un titular que revolvió mis recuerdos históricos: “elegido el cuarto alcalde socialista de Valladolid”. Inmediatamente me vino a la memoria la figura de uno de estos regidores, el malogrado Antonio García-Quintana Núñez.

García-Quintana fue el segundo y último alcalde republicano de Valladolid. Fue un hombre con sólidos principios morales, un creyente convencido y un gestor concienciado con los graves problemas sociales de la ciudad en aquellos años 30. 

Nació en Cantabria en 1894 y se afilió muy jovencito a la UGT, cuando era aprendiz de tipógrafo en una imprenta, ingresando en el PSOE tras la huelga general de 1917. Desplazado a Valladolid por un traslado de su padre, pronto escaló posiciones en la agrupación socialista local y llegó a ser concejal en 1920. Desde su concejalía combatió valientemente el caciquismo local, encarnado en los seguidores de Santiago Alba, que controlaban la Sociedad Industrial Castellana y las compañías de suministro de electricidad y agua, y sometían a la población a constantes restricciones y precios desorbitados.

Siempre estuvo alineado con la facción moderada del PSOE (Julián Besteiro, Indalecio Prieto), lo que le valió numerosos enfrentamientos con sus compañeros de partido de la rama prosoviética de Largo Caballero.

Poco después de proclamarse la República, el alcalde también socialista Federico Landrove se vio obligado a dimitir por los problemas derivados del paro y las revueltas obreras que asolaban el municipio, quedando García-Quintana al frente del consistorio. Su gestión merece un recuerdo agradecido. Su labor más destacable se centró en el ámbito educativo y permitió la construcción de 80 centros (con comedores escolares y bibliotecas), la escolarización de más de 3.000 niños y el impulso de una ambiciosa política de becas. A esto hay que añadir su apoyo a los barrios más pobres, a los que dotó de alumbrado y alcantarillado, y la inauguración de numerosos parques y jardines, entre ellos el del Poniente, del que hoy disfrutamos. 

En todo momento compaginó su puesto de alcalde con su trabajo como contable en el Colegio de Notarios de Valladolid.

A pesar de que Don Antonio se opuso con firmeza al golpe de estado izquierdista de 1934 (eufemísticamente conocido como Revolución de Asturias), el gobernador civil le destituyó sin miramientos durante el bienio conservador, pero tras las elecciones de febrero del 36 fue restituido en su cargo por el Frente Popular.

Nada más estallar el Alzamiento, se refugió en casa de su hermana Manolita, en la calle Dos de Mayo, donde permaneció escondido durante siete meses, hasta que un denunciante anónimo facilitó su detención y encarcelamiento. Existen dudas sobre quién dio el chivatazo. La mayoría de historiadores apunta a una amiga íntima de la familia que visitaba diariamente a la hermana, aunque existen fundadas sospechas de que García-Quintana fue traicionado por sus correligionarios más extremistas.

El 11 de mayo de 1937 se celebró su consejo de guerra en el propio salón de plenos del Ayuntamiento. Fue el comandante juez militar Ricardo Fajardo quien firmó la sentencia de muerte, que se cumpliría, ante un pelotón de fusilamiento, en la madrugada del día 8 de octubre del mismo año. En estas fechas convulsas donde reinaron los abusos y las injusticias de toda índole, al menos Antonio García-Quintana tuvo un juicio y una sentencia legales.

Pocos días antes de morir envió desde la cárcel una carta a su hija pequeña que decía: 

“…de ellos sólo te importa saber que no son hombres malos. Son hombres como tu papá, que tienen niñas como tú, que llorarían si, como yo, tuviesen que abandonarlas..., pero que ahora no se acuerdan de ti, ni de sus hijitas, ni de sí mismos, porque el estruendo terrible de la guerra les ha privado de memoria y les ha enloquecido un tanto.— Cuando, al tomo de la paz, recobren la memoria y la cordura, es seguro que, dolidos del mal que innecesariamente te hacen, se acercarán a ti y te acariciarán con caricias que querrán imitar las mías.— Si lo hacen, y lo mismo si no lo hacen, reza por ellos -como lo harás, ¿verdad? por mí- para que Dios los perdone, que bien es ello menester.”

En julio de 2013, el PSOE solicitó colocar una placa conmemorativa a García-Quintana en el salón de plenos, y la moción fue rechazada por el entonces alcalde del PP Javier León de la Riva, que espetó a los socialistas: “sería bueno que no hablaran y no profundizaran en el fusilamiento de García-Quintana, a ver si tienen que escuchar lo que no quisieran”, y “yo condeno con la misma contundencia a los que le juzgaron, a los que le condenaron y a quienes le delataron”. Una verdadera lástima que las ideas políticas prevalecieran, una vez más, sobre la valía humana y el compromiso con sus conciudadanos de un hombre al que merece la pena recordar con el colegio que hoy lleva su nombre, con la placa injustamente denegada y, por supuesto, con este post.



domingo, 12 de julio de 2015

PICADURAS VERANIEGAS (2): ESCORPIONES



“Una vez le picó un alacrán y todavía recordaba los terribles dolores sufridos, a pesar de que fray Puerta le había chupado con su propia boca el veneno del escorpión en la pantorrilla derecha. Desde entonces les juró venganza en su interior y, habiendo preguntado un día a un labriego que se llegó al convento a pedir un azadón que precisaba, supo que en aquella comarca había muchos alacranes y que, como eran tan dañinos, se les solía condenar a morir al sol, al cual no pueden ver, pues siempre viven entre las plantas y debajo de las piedras, en sitios frescos y oscuros.

A veces, Marcelino, a escondidas de los frailes, salía a cazar alacranes: levantaba las piedras y hurgaba con su palo entre las plantas de la tapia y cuando el asqueroso animal, como un cangrejo extrañamente rubio, salía, le quitaba de un golpe la bolsa del veneno y luego, con otro palo afilado, lo pinchaba por la mitad del cuerpo y lo dejaba así, atravesado, morir al sol. Una buena reprimenda, acompañada de un nada suave tirón de orejas, le costó alguna de estas hazañas." 


He querido abrir mi entrada sobre el arácnido más legendario y temido de España con un fragmento y una ilustración del hermoso cuento Marcelino, pan y vino (José María Sánchez-Silva, 1953).

Los escorpiones son unos artrópodos rodeados de mitos pero de los que en realidad sabemos muy poco. Dicen que son los animales con menos instinto maternal del mundo, pues la hembra, si no encuentra otro alimento, devora al macho y a todas las crías.  También son muy conocidos por su estrategia de hacerse los muertos ante un peligro insalvable, lo que ha dado lugar a la fábula de que se suicidan clavándose en la cabeza el aguijón del extremo de su cola.

Afortunadamente los escorpiones que habitan en nuestro país están considerados los menos venenosos del planeta, y además no es fácil que nos piquen salvo que nos dediquemos a levantar piedras con la mano o con el pie descalzo o con chanclas. Prácticamente todos los ataques los sufren agricultores o niños que están jugando en el campo.

Existen cinco especies en España, dos de ellas endémicas de Canarias y Baleares. Los más extendidos por la península son el escorpión amarillo (Buthus occitanus), también conocido como alacrán, y el escorpión negro o de cola amarilla (Euscorpius flavicaudis), muchísimo menos frecuente. El primero es bastante más venenoso, mide hasta 10 centímetros y vive en zonas áridas y pedregosas. El escorpión negro, en cambio, es más pequeño (4 centímetros), prefiere las zonas boscosas y húmedas, y no es raro que se cuele en las viviendas, mostrando querencia por los sótanos, tejas y pilas de leña y de escombros.
 
Escorpión amarillo (Buthus occitanus)


La picadura del Flavicaudis no es más problemática que la de una avispa, pero la del alacrán sí tiene graves y duraderos efectos. Si tenemos la desgracia de probar su aguijón, padeceremos durante 48 horas, además de agudos dolores, una fuerte inflamación de la zona afectada, calambres musculares, temblores, hormigueo, sudoración intensa, fiebre, náuseas y vómitos. Es muy recomendable practicar un torniquete y acudir cuanto antes a un centro de salud donde puede que nos suministren un suero para prevenir la atrofia celular.

Aunque no es una especie autóctona, no podemos olvidarnos del escorpión de uñas grandes (Scorpio maurus), que proviene del norte de África pero que ya ha sido introducido en España a través de los barcos. Se encuentra presente en Andalucía y su picadura, amén de las secuelas descritas, puede provocar espasmos en la laringe, fibrilaciones musculares, hipertensión, insuficiencia renal, arritmias cardíacas y un edema pulmonar que podría desencadenar una insuficiencia respiratoria capaz de acabar con la vida del paciente, sobre todo si es un niño.

sábado, 11 de julio de 2015

COMO CAGANCHO


El maestro Cagancho
Me encantan las expresiones taurinas y una de mis favoritas es esa de “quedar como Cagancho en Almagro”, con la que se quiere dar a entender que alguien ha metido gravemente la pata en público.

Joaquín Rodríguez Ortega, alias Cagancho (1903-1984), fue uno de los diestros españoles más célebres en los años veinte y treinta del pasado siglo, si bien emigró a México tras la guerra por motivos que no soy capaz de imaginar. Este gitano de Sevilla, coetáneo de Belmonte, tomó la alternativa en Murcia en 1927 tras una fulgurante carrera como novillero, y pronto causó sensación en Madrid, convirtiéndose en un mito, en un auténtico fenómeno de masas, por su calidad estética y su maestría con el capote. Pero, a decir de los entendidos, tenía el gran defecto de la inconstancia: en algunas temporadas intercalaba corridas gloriosas con espantadas fulleras, o con plantones que le hacían terminar en el cuartelillo. Su faena más aciaga, y la que pasó a la posteridad con el famoso dicho, fue con el sexto toro en la plaza de Almagro (Ciudad Real) el 26 de agosto de 1927.

Aquella corrida fue multitudinaria y miles de personas venidas expresamente de Ciudad Real habían pagado cantidades astronómicas por una entrada en la reventa. Cagancho llegó al pueblo tarde y desganado, y, para su desgracia, le cayó en suerte un gigantesco morlaco de la fiera ganadería de Pérez Tabernero. Desde el principio todo salió mal. El toro entró embistiendo a diestro y siniestro y nadie de la cuadrilla se atrevía a salir de los burladeros; los picadores ni se acercaban y los banderilleros ni siquiera llegaron a clavar sus garapullos. Totalmente acojonado, Cagancho usó una muleta más grande de lo normal y toreó con el pico de la tela para mantenerse a prudente distancia, mientras de vez en cuando acuchillaba a traición al astado para debilitarlo, poniendo a la mínima los pies en polvorosa. A la hora de matar, cuentan las crónicas que “lo hacía pinchándole en los costados, en los brazuelos, en cualquier lugar menos allí donde ha de hacerse según marca el arte de Cúchares. Aquellos de los subalternos que se atrevían a saltar a la arena lo hacían con sus espadas debajo de las muletas, se acercaban al toro y le pinchaban también alevosamente, en cualquier parte. A aquel toro no lo mataron. Lo asesinaron.”

Sin contar los espadazos traicioneros y los puñetazos que le daban en la cara al pobre cornúpeta los miembros de la cuadrilla, Cagancho pinchó nueve veces y entró a descabellar cinco, incluso después del tercer aviso. El respetable no dejaba de lanzar al ruedo almohadillas y objetos contundentes. Muerto el animal, el diestro tuvo que abandonar el coso escoltado por nueve guardias civiles, no sin llevarse algún guantazo, y tales fueron los disturbios a la salida que al final intervino el ejército, concretamente un destacamento de caballería, para despejar a la multitud. Al maestro no le quedó otra que refugiarse en el edificio del Ayuntamiento, donde llegó a murmurar su conocida frase “yo quería quedá bien, pero lo que no pue zé, no pue zé”. 

En algunas zonas de España dicen la frase “armar la de Cagancho en las Ventas” para referirse a todo lo contrario, o sea a quedar muy bien, ya que en esta plaza madrileña el matador vivió sus tardes más memorables. A pesar de ello es más habitual usar la expresión de las Ventas con el mismo significado que la de Almagro, pero no sería correcto.


Más sobre expresiones taurinas en La pluma viperina

miércoles, 8 de julio de 2015

TOPÓNIMOS REGIONALES


El problema de los topónimos en las regiones bilingües de España me parece sumamente complejo, y considero lamentable la demagogia y la manipulación ideológica en que se ha incurrido al respecto en nuestra historia reciente. Partiendo del régimen jurídico actual de estos topónimos, voy a analizar muy brevemente las diferentes situaciones que existen, las injusticias cometidas y cuál debería ser, a mi juicio, la situación ideal.

Desde la Transición el nombre de muchos municipios en las comunidades autónomas con otra lengua vernácula aparte del español ha sido objeto de encarnizados debates, que en teoría se han cerrado con la aprobación de las respectivas leyes de “normalización lingüística”. Resumidamente estas normas establecen el nombre no castellano como única denominación oficial de algunas entidades territoriales, entre ellas A Coruña, Ourense, Araba, Guipukoa, Bizkaia, Girona, Lleida e Illes Baleares, mientras que en otros casos se admite la doble denominación: Alicante/Alacant, Castellón/Castelló, Vitoria-Gasteiz o San Sebastián/Donostia.

¿Pero cuál es en realidad el topónimo originario de estas ciudades? ¿Cómo se llamaban cuando fueron fundadas y en qué momento y por qué se cambió el nombre? Son preguntas no siempre fáciles de responder, aunque, a grandes rasgos, podemos distinguir seis situaciones distintas:

1.- Municipios que tenían un nombre no castellano hasta que en algún momento de la Edad Media el territorio fue conquistado o anexionado por el Reino o la Corona de Castilla, usándose desde entonces y hasta hoy la versión en castellano. Los mejores ejemplos se encuentran en la actual comunidad valenciana, donde los reyes de Castilla modificaron los nombres de origen árabe de muchas poblaciones (Xátiva-Játiva, Alacant-Alicante…)

2.- Municipios que fueron fundados con un nombre en lengua castellana que después convivió durante siglos con la traducción o la transformación fonética de los vascohablantes. El caso más evidente es el de San Sebastián-Donostia.

3.- Municipios que fueron fundados con un nombre latino o castellano que se utilizó unánimemente durante siglos hasta que, con la llegada de la democracia, los nacionalistas impusieron su transformación artificial por motivos políticos. En este supuesto encajarían muchas localidades gallegas y vascas como A Coruña (La Coruña), Ourense (Orense) Saturtzi (Santurce) u Hondarribia (Fuenterrabía), así como las provincias de Guipukoa y Bizkaia, estas últimas con nombres primitivos en vascuence latinizado (Guipúzcoa y Vizcaya) cuya grafía ha sido alterada por los secesionistas para adaptarla al eusquera "unificado". Bilbao responde al mismo esquema, con el agravante de que “Bilbo” ni siquiera es hoy una denominación oficial; simplemente se trata de una invención que ha logrado difundir con éxito la Real Academia Vasca.  

4.- Municipios fundados con nombre navarroaragonés donde antes existía una antigua villa con nombre vasco. El ejemplo por excelencia es Gasteiz, refundada por el Rey de Navarra Sancho VI en 1181 como “Victoria”.

5.- Municipios con denominación histórica en lengua no castellana que, sin embargo, fue castellanizada durante los primeros años del régimen franquista. Son casos contados con los dedos de la mano y casi todos en Cataluña: Sant Boi de Llobregat (San Baudilio de Llobregat) y el barrio barcelonés de Poble-Sec (Pueblo Seco), entre otros.

6.- Municipios que han tenido varios nombres históricos desde la época romana, por lo que es imposible consensuar cuál es el correcto. Los dos casos más conocidos se encuentran en Cataluña. Uno es el de Lérida (Lleida), que en la España romana se llamó Ilerda; en tiempos de los moros, Larida, y Leyda tras la reconquista, y el otro sería el de Gerona (Girona), llamada Gerunda por los romanos y con una posterior evolución fonética. Ambos términos han sido indistintamente utilizados en Cataluña desde hace siglos.

¿Cuál debería ser en justicia la denominación oficial de estas poblaciones con independencia de la legislación actualmente en vigor?

En mi opinión, en los casos 1, 2 y 6 deberían mantenerse oficialmente ambas denominaciones, pues las dos cuentan con una amplia tradición histórica. Desgraciadamente en el caso 6 no es así, pues se han suprimido oficialmente los nombres en castellano (Lérida y Gerona).

En los casos 3 y 5 la denominación oficial debería ser únicamente la original (en el caso 5 así es legalmente)

En el caso 4 el nombre a mantener debería ser el consagrado por el Reino histórico correspondiente (en el ejemplo puesto, Vitoria).

Por último, y con independencia del nombre oficial que tengan todas estas ciudades y pueblos españoles, la Real Academia Española ha dejado bien claro que cuando se habla o se escribe en castellano lo correcto es emplear siempre la variante en esta lengua, igual que en español decimos Londres y Nueva York, y no London y New York.

domingo, 5 de julio de 2015

PICADURAS VERANIEGAS (1): AVISPAS Y ABEJAS





Con la llegada del verano aparecen también unos cuantos bichos muy molestos que no se limitan a posarse en la ensalada en plena comida campestre o en los choricillos de la barbacoa, sino que a veces nos meten unos picotazos que vemos las estrellas.  Dos de estos antipáticos insectos, muy frecuentes en España, son la Vespula vulgaris (avispa común) y la Vespa crabro (avispón), que mucha gente confunde con las abejas (Apis mellifera) por sus franjas de color negro y amarillo, y porque pican, aunque son especies totalmente distintas.

Las avispas que he citado también viven en colonias como las abejas, pero su comportamiento es mucho más agresivo, por lo que en principio el riesgo de ser atacados es más alto cerca de un avispero que de una colmena.  

Una importante diferencia es que las avispas pueden atacar tanto picando con su aguijón como mordiendo con sus fuertes mandíbulas, mientras que las entrañables fabricantes de miel solo aguijonean. La mordedura de la avispa arranca la piel humana y la del avispón puede dejarnos sin un trocito de carne. Con la picadura, en cambio, inyectan veneno con su aguijón, que, igual que sucede con las abejas, solo está presente en las hembras. En realidad se trata del órgano de ovulación (ovopositor) modificado, pues solo la reina lo utiliza para poner huevos.

Vamos, que no sé si prefiero un mordisco o un aguijonazo...

El aguijón de las avispas es retráctil y lo retiran después de picar; así pueden dar varios picotazos seguidos y largarse volando tan campantes. En cambio las abejas, cuando pican a un humano, pierden todo el interior de su abdomen al tirar y mueren sin remedio. La picadura de avispa es muchísimo más dolorosa que la de abeja, con el agravante indicado de que pueden clavar el aguijón varias veces. Además, el aguijón de una abeja va unido a una “valvulita” que queda a ras de piel y que si se retira rápida y hábilmente apenas entra veneno, mientras que de la ponzoña avispil no hay quien se libre. 

El veneno de avispa es más potente que el de abeja y causa mayores reacciones alérgicas, si bien no es peligroso salvo para algunas personas especialmente sensibles o si atacan a la vez muchos insectos. En nuestro país se producen entre 15 y 20 muertes anuales por picaduras de ambas especies.


 Otras picaduras veraniegas en La pluma viperina:

- Escolopendras
- Medusas
- Tábanos
- Escorpiones


viernes, 3 de julio de 2015

FRANCISCO UMBRAL EN LA TELE



Con independencia de la afinidad política que pueda tener con él y de que en su célebre lista de las 100 grandes gilipolleces del siglo XX incluyera la frase de José Antonio “España es una unidad de destino en lo universal", reconozco que Francisco Umbral ( 2007) es uno de los mayores genios de la literatura española. Cuando estudiaba en la Facultad, siempre leía su columna Los placeres y los días, en El Mundo, y me hacía con la mayoría de las novelas que sacaba, que me parecían muy obsesivas (con el sexo, con Madrid y con el franquismo) y nada comerciales, pero escritas de un modo tan magistral, con tal ritmo y riqueza de imágenes que me quedaba embelesado. 

Pero lo que de verdad me fascinaba del autor de Mortal y rosa era su personalidad, con la que me siento identificado en parte. Nunca sabremos cómo fue el verdadero Umbral, pero el caso es que cultivaba una imagen de envarado, distante y cínico que siempre me pareció divertidísima. Nunca conoceremos los verdaderos sentimientos de este autor irrepetible, pero siempre se mostraba mordaz, corrosivo e inmisericorde con sus colegas o con cualquiera que se le pusiera por delante, lo que le hizo protagonizar varios incidentes en los medios de comunicación. No dejaba títere con cabeza, pero lo hacía con un salero y una mala leche que te morías de risa.

Dicen que se le avinagró el carácter a raíz de la muerte de su hijo de seis años en 1975.

Los dos episodios más conocidos son, por supuesto, los de 1993 en el programa de televisión Queremos saber, dirigido por Merdedes Milá: el memorable numerito que montó (con razón) porque no se hablaba de su libro La década roja, y cuando llamó paletos a los vecinos del pueblo burgalés de Aranda de Duero por asistir a un mitin de Aznar. Pero hay otras dos intervenciones televisivas de Paco Umbral que no por menos conocidas son menos descacharrantes, y que hoy vamos a recordar. 

Una de ellas es una entrevista sin desperdicio que le hizo Fernando Sánchez Dragó en 1999, en la que reparte estopa como si no hubiera mañana, en especial a Arturo Pérez Reverte (al que dice respetar "en su menester") y más sutilmente, pero sin cortarse un pelo, al propio Dragó, que a mí, la verdad, me parece un mentecato. 

El otro momento estelar (quizá el mejor de todos) es la interviú realizada por Lola Flores en el programa Sabor a Lolas a principios de los 90. En ella, el escritor se muestra en su salsa, repartiendo pullas a diestro y siniestro, cachondeándose del analfabetismo de Lola y requebrándola lascivamente hasta que esta le acaba llamando salido a la cara (“sigue estando fuerte tú, ¿eh?"). La presentación que dedica la Faraona al entrevistado es de una cutrería entrañable ("es ´complejao´ para la gente") y considero grandiosa la descripción que hace Umbral de la España de la época, que, por cierto, no ha cambiado tanto: “La veo cada vez más parecida a Lola Flores: cada vez más guapa, más barroca, más confusa, más artista, más golfa, más gitana y más jugadora”.

Disfrutad con los vídeos, que garantizan unas buenas risas para empezar con alegría el fin de semana.

P.D.: Del episodio de "yo aquí he venido a hablar de mi libro" he enlazado la versión completa de 5 minutos, muy poco conocida, en la que termina hablando de su libro.