martes, 29 de abril de 2014

BELLEZA Y FEALDAD




Quienes me conocen saben que soy un pésimo fisonomista. Mi impericia para recordar rostros humanos me ha puesto, a lo largo de mi vida, en no pocas situaciones apuradas, surrealistas o de vodevil, sobre todo por no saludar a quien debería reconocer o por dirigirme a quien no he visto en mi vida tras confundirlo con otra persona. Pero lo que siempre he observado es que me cuesta mucho más quedarme con la cara de los guapos que con la de los feos. 

Este hecho parece bastante estúpido pero tiene una explicación racional. Si lo meditamos bien, veremos que la belleza tanto femenina como masculina se basa en un patrón aceptado casi unánimemente en nuestra sociedad. Los rasgos faciales de los considerados guapos y guapas responden a unos cánones bastante homogéneos, con pocas variaciones, lo que en la práctica se traduce (simplificando un poco) en que casi todos se parecen entre sí.  Puede que haya muchos tipos de belleza, pero seguro que menos de los que pensamos, dada la tendencia que tenemos en occidente a patentar moldes de hermosura e imponer la uniformidad estética a todos los niveles.

Sin embargo con los poco agraciados no pasa esto: se puede ser feo de miles de maneras distintas, ya que si bien la armonía se asienta en reglas contadas, la deformidad, el defecto, la asimetría o la desproporción físicas cuentan con un infinito abanico de posibilidades para manifestarse en un careto. O sea que por mucho que se busque, no se encuentran dos costrollos iguales y ni siquiera parecidos, lo que para mí desde luego es una gran ventaja.

Así que, querido lector, si solo te he visto una vez y te reconozco sin problema a la siguiente, saca tus propias conclusiones…

Más sobre este tema en La pluma viperina:

domingo, 27 de abril de 2014

NOVEDADES EDUCATIVAS




Ya lo decía Aristóteles: “Todos los que han meditado sobre el arte de gobernar a los hombres se han convencido de que el destino de los imperios depende de la educación de los jóvenes”. Por eso aquí nos gusta estar al tanto de todas las novedades sobre política educativa. 

Esta semana se ha encendido la polémica a raíz del borrador de una nueva reforma planteada por el Ministerio de Educación y de una propuesta de la Comunidad de Madrid. No puedo resistir la tentación de comentar rápidamente los principales puntos de estas iniciativas todavía en fase embrionaria:

1. Endurecer las pruebas selectivas exigiendo un buen nivel de idioma extranjero (con independencia de la especialidad) y de competencias digitales. 

Soy muy escéptico con el bilingüismo en la educación, tanto en el fondo como en la forma, pero puesto que esta va a ser la tendencia de futuro sí o sí, me parece muy lógico que en los concursos-oposiciones se introduzca el idioma como criterio de selección. Es una buena idea además para que los interinos más veteranos se pongan las pilas y se empiecen a tomar en serio las pruebas selectivas, adaptándose a las exigencias de los nuevos tiempos. Lo mismo digo de las competencias digitales: ¡Fuera de la educación quien no domine aquellas tecnologías imprescindibles para enseñar a los niños de hoy en día!

2. Conceder una mayor relevancia a la puntación obtenida en el examen que a la valoración de los méritos del candidato, incluida la experiencia docente. 

Ideal. Hace años que debería haberse adoptado esta medida para impedir que los profesores de bolsa con solera se sigan presentando cada dos años al concurso-oposición como a un mero trámite, sabiendo que con sus puntos de experiencia no necesitan hincar los codos. Esta propuesta beneficiará a los jóvenes recién titulados que se esfuercen en serio y acabará con las inercias injustas del actual sistema.

Las Administraciones dan una importancia desmesurada a la experiencia no solo en sus procesos selectivos, sino también en la promoción profesional (concursos de traslados), cuando es un criterio que por sí solo no revela idoneidad alguna. En los últimos tiempos, en las pruebas selectivas de educación, se ha optado por priorizar la simple antigüedad con la excusa de que es un dato muy objetivo, aunque en mi opinión el resultado no puede ser más arbitrario. Ojalá se valorara la calidad del desempeño antes que el número de años trabajados. ¿Cómo? Ahí le han dado.

3. El gobierno autonómico madrileño propone permitir el acceso a las pruebas de maestro a cualquier titulado universitario y no solo a los que hayan estudiado Magisterio. 

Una aberración intrusista y un insulto sin precedentes a la dignísima profesión de maestro, a la que se pretende seguir desprestigiando. Enseñar en Intantil y en Primaria requiere unas habilidades muy concretas y una formación pedagógica que ponga el acento en los procedimientos incluso más que en los contenidos. No basta con que cualquier licenciado haga un CAP o un máster para dar clase a los pequeños, como sugiere Ignacio González; es imprescindible una titulación universitaria específica.

viernes, 25 de abril de 2014

ENCUESTA SOBRE EL APOCALIPSIS PROGRE

Pregunta: Tras el apocalipsis progre, nos han encargado trasladar ciertos profesionales hacia una isla donde se está reconstruyendo la civilización. falta una plaza, así que tenemos que abandonar uno a manos de los zombies progres. ¿A quién dejarías en tierra?

Duración: 7 días

Votantes: 228

Respuestas:


a) Ingeniero industrial: 1 voto (0%)
b) Ingeniero agrónomo: 1 voto (0%)
c) Licenciado en Ciencias Químicas: 116 votos (50%)
d) Mecánico: 1votos  (0%)
e) Sacerdote: 8 votos (3%)
f) Técnico Superior en Mantenimiento Industrial: 3 votos (1%)
g) Filólogo: 41 votos (17%)
h) Técnico Superior en Informática y Telecomunicaciones: 2 votos (0%)
i) Militar:  2 votos (0%)
j) Licenciado en Derecho: 35 votos (15%)
k) Licenciado en Medicina: 1 votos (0%)
l) Economista: 2 votos (0%)
m) Humorista: 10 votos (4%)
n) Maestro: 5 votos (2%)

martes, 22 de abril de 2014

CASTRILLO MATAJUDÍOS




Un pequeño pueblo burgalés de menos de 80 habitantes ha saltado a los periódicos de medio mundo por el referéndum que tiene previsto celebrar el próximo 25 de mayo (coincidiendo con las europeas) para cambiar su antiquísimo nombre, Castrillo Matajudíos, por otro menos estridente para las mentes biempensantes y políticamente correctas. Por lo visto el alcalde se percató al despertarse una mañana de que el actual topónimo del municipio “puede ser ofensivo para algunas personas”.

Las denominaciones alternativas que se barajan son “Castrillo Motajudíos” o “Castrillo Mota de Judíos”, ya que, según unos “expertos” consultados por el Ayuntamiento, uno de estos debió de ser el nombre primigenio del pueblo, en referencia a la judería que se estableció en 1035 en una loma (mota) de la zona tras ser desterrados todos los hebreos de la cercana Castrojeriz.

Todo apunta, sin embargo, a que el Ayuntamiento, más que solicitar un dictamen a unos especialistas independientes, ha encargado sin más a un arqueólogo que cocine una versión sobre el origen del nombre que justifique prescindir de la palabra “matajudíos”. Ya se sabe que en España nunca falta un historiador separatista o marxista dispuesto a sacarse de la manga los datos necesarios para cambiar el devenir de los acontecimientos a gusto del consumidor.

La prueba está en que en las dos últimas semanas, el alcalde ha facilitado a los medios de comunicación dos o tres interpretaciones totalmente distintas y bastante rocambolescas sobre por qué esta localidad al oeste de Burgos ostenta tan virulento apellido. Manejar indistintamente teorías tan dispares solo viene a demostrar que no se sabe a ciencia cierta de dónde viene el apelativo pero hay que inventarse algo que cuadre con la decisión política ya tomada.

Una de estas versiones es que la población se llamaba Mota de Judíos hasta que los Reyes Católicos expulsaron a los israelitas en 1492, momento en que los vecinos, temerosos de no ser considerados cristianos viejos por su contacto de siglos con la aljama, se autodenominaron “Matajudíos” para dejar patente su limpieza de sangre. Tiene gracia cómo cree el ladrón que todos son de su condición, y es que esta versión retrata de maravilla al alcalde y a los vecinos de Castrillo, que quieren desprenderse de un plumazo de su identidad cultural y de su pasado histórico solo para certificar su intachable talante democrático.

Expulsión de los judíos
Otra de las teorías, aún más cachonda, defiende que el incómodo topónimo tendría su origen en un error de transcripción de un escribano en el siglo XVII. El pobre hombre confundió la “o” de “Mota” con la “a” de “Mata” al escribir una nota en un folio registral. Incluso La Aventura de la Historia se ha hecho eco de esta charlotada hace unos días, algo que no me extraña dada la afición de esta revista al marketing historiográfico.

Por cierto, el sábado pasado el alcalde convocó a todos los vecinos a una charla de su eminente asesor arqueológico para que les explicara lo que tenían que votar.

Pero a este experto en la materia parece que se le ha olvidado (por casualidad) que en 1391 se sucedieron en la Corona de Castilla y en la de Aragón numerosas revueltas populares contra la comunidad judía que se saldaron con varias matanzas. El principal inspirador e instigador de estos sucesos fue el predicador Ferrán Martínez, arcediano de Écija, a cuyos seguidores, curiosamente, se les conocía como “matajudíos”. Estos pogromos se vivieron también en la ciudad y en la actual provincia de Burgos, por lo que resulta más que creíble que la aljama y la sinagoga de Castrillo (a 50 kilómetros de la capital burgalesa) sufrieran uno de los sangrientos asaltos que las Cortes de Castilla hicieron lo posible por refrenar.

Con este dato en la mano no hay que ser ningún lumbreras ni nada retorcido para adivinar cuál es, con bastante probabilidad, el verdadero antecedente del nombrecito de marras, pero parece que hay sucesos de nuestra historia que algunos prefieren silenciar. No hay más que ver la propia página web del consistorio, en la que se afirma que “nada se sabe sobre la suerte de la comunidad [judía] durante los sucesos antisemitas en España en 1391”. Vaya, qué mala suerte, tantas sesudas investigaciones sobre la famosa judería de Castrillo y resulta que no tienen ni idea de si padeció estos ataques que los sefarditas siguen echando en cara a España mas de seis siglos después. 

De todos modos no puedo evitar preguntarme a quién se le habrá ocurrido en realidad la idea del cambio de nombre. Como salta a la vista en este reportaje de Antena 3, ni el regidor ni los vecinos tienen ninguna pinta de haber hecho una tesis doctoral sobre la historia de su localidad ni de tomar solitos una iniciativa tan mediática. Algo me dice que el Pueblo Elegido está detrás de todo esto, quizá a través de cierto estadounidense judío residente en nuestro país. 

Lo que tengo muy claro es que “Matajudíos” es mucho más bonito, más sonoro y, sobre todo, más español que “Mota de judíos”, ya que evoca nuestras tradiciones más enraizadas que, por cierto, compartimos con todos los países de nuestro entorno. Hay zonas de Castilla y de León donde aún se sigue utilizando este término para denominar algunas fiestas y costumbres. En León mismamente los viernes santos la gente dice “salgamos a matar judíos” cuando va a tomar limonada.


Solo un ruego al Excelentísimo Ayuntamiento de Castrillo Matajudíos: Por favor, mantengan ustedes el referéndum, pero no para modificar este emblemático nombre (como bien dijo Pilatos, lo escrito, escrito está), sino para introducir una pequeña variación en el escudo del municipio. El actual, aprobado en 2008, lleva un castillo de oro, una estrella de David y un órgano, pero este instrumento musical no pega ni con cola, oigan. Más apropiado sería incluir un motivo relacionado con la localidad y con los avatares político-religiosos de nuestra Patria, por ejemplo una resplandeciente hoguera justo debajo del símbolo hebreo. Quedaría muchísimo más vistoso.

domingo, 20 de abril de 2014

SENSIBILIDAD ARTÍSTICA





 En ambientes de gente culta, carecer, como yo, del menor asomo de sensibilidad artística, queda fatal. Casi todos los viajes que he hecho en mi vida me los he pasado recorriendo museos, viendo cuadros, esculturas y catedrales que en el fondo me importaban un carajo. A mí el arte me dice poco o nada, pero esto es difícil reconocerlo abiertamente ante amigos cultivados y más cuando se supone que yo mismo debería serlo. Hay que fingir un poco de interés por estas cosas si no quieres quedar como un paleto, pero yo ni por esas. Cuando iba a exposiciones con mi exnovia, que pintaba y tal, solía hacer comentarios muy chorras sobre los cuadros que veíamos:

– Joder, menuda papada tiene ese ángel.

   ¡Siempre te quedas en la anecdotilla! –me decía con cara de paciencia, como pensando “con este no hay nada que hacer”.

La semana pasada miré a ver si encontraba por fin un óleo para el salón. La pared desnuda sobre el chaise longue pide a gritos un cuadro y llevo tiempo pensando qué poner. Fui tan tonto que me fui directo a una galería de arte del centro, de uno de los paisajistas y grabadores más famosos de la ciudad. Al entrar eché un vistazo y todo eran acuarelillas minúsculas. Se me acercó un tío flaco de cincuenta, vestido de negro, con melenilla y barba canosas.

¡Hola, qué tal! –me dio la mano– Yo soy el autor. ¿Buscaba algo en especial?

  Encantado. Pues mire, andaba buscando un óleo así majo, para mi salón. Las medidas que tengo son de dos cincuenta por uno cuarenta, y quería un paisaje castellano, con motivos rurales o algo así. No tiene usted mucho expuesto, ¿no?

La expresión del fulano se arrugó inmediatamente sobre todo con mi explicación prosaica de las medidas.

  No, tenemos muy poquito porque yo ahora pinto casi todo por encargo, ¿sabe? Usted me trae una foto que le guste o me indica un paraje, y yo le pinto el cuadro. Además, rápido, ¿eh? Yo no soy de los que tardan seis meses.

  Ah, ya, pues lo siento, pero no me interesa por encargo.

 –  ¡Anda! ¿Y eso por qué?

 –  Pues mire, es que a mí lo que me llama es comprar un cuadro que vea ya pintado y me impacte. No sé cómo decirle, pero por mucho que me guste la foto que yo le traiga, a lo mejor luego la pintura no me acaba de convencer por lo que sea, o no acaba de cuadrarme en el salón, por los tonos, los colores o qué sé yo…

 Según hablaba, el artista ponía una cara parecida a la de mi exnovia y se iba cabreando por momentos.

 – Bueno, usted verá. Las personas que entran en esta galería normalmente conocen mi estilo y mi obra, galardonada, como sabrá, en numerosas ocasiones. Saben lo que pueden esperar de mi pincel. Pero si usted cree que me va a traer una foto y yo le voy a pintar un bodrio, entonces no hay más que hablar.

   Oiga, perdone, yo también conozco su obra –mentí por caridad– y por eso he venido. No digo que usted pinte bodrios, ni mucho menos, sino que yo necesito ver lo que compro. Usted puede hacer una obra de arte y a mí, por mil motivos, no acabarme de llenar o pegarme menos en el salón que a un Cristo dos pistolas, ¿me entiende? Yo no pongo en duda su talento; todo lo contrario. Seré muy raro y todo lo que quiera, pero paso de comprar cuadros por encargo…

 Llegados a este punto, el pintor ya estaba desatado. Le había herido en lo más profundo de su pundonor artístico.

 –   Hombre, si es por dinero, debo aclararle que yo con estas cosas soy muy chulo, y que si usted me encarga algo y después no le gusta, me lo quedo en la galería y santas pascuas. ¡Un paisaje clásico a óleo lo vendo yo en un santiamén!

 –  Ah, pues cualquiera lo diría viendo que solo pinta por encargo y que no tiene nada expuesto… De todos modos, usted comprenderá que esas condiciones que me cuenta no son las habituales en un encargo de estas características, así que yo nunca pensé…

 –  Ya, ya, pero es que ya le digo que soy muy chuleta…

 Me largué de allí antes de que me metiera su pincel más gordo por un ojo (por ejemplo), pero sinceramente sigo sin entender los motivos de su enfado. Si alguien, amén de ejercer de artista, quiere vender su obra, digo yo que tendrá que tragar con tipos como yo, que tratamos los lienzos como una mercancía más y que lo que buscamos es un adorno bonito para la pared, con unas medidas determinadas y un marco que combine, y no una pieza inmortal pintada por un supuesto genio, aparte de que no tengo por qué conocer a este personaje, de cuya fama, por cierto, me enteré después por Internet. Yo entré en una tienda de cuadros y punto. Además si se considera un creador tan exclusivo, un romántico con tanta sensibilidad que se horroriza ante mis palurdeces mundanas, no sé qué hace atendiendo él personalmente el negocio. Un pintor de su talla (y tan chulo por añadidura) tendría que estar por encima del bien y del mal, no conocer siquiera el precio de sus obras y tener en el local a un dependiente, en vez de andar en plan judiorro convenciendo al que entra de que le encargue copias de fotos y encima prometiendo rapidez, como si estuviera fabricando churros. Como le vamos a tratar así como a un artista.

Lo tengo decidido. Esta semana vuelvo a su galería a decirle que vale, que le hago un encargo, pero que me diga a cuánto sale el metro de óleo pintado por él.

viernes, 18 de abril de 2014

SUBIENDO A LA CRUZ CONTIGO

Cristo crucificado (Juan de Juni -1572- , en Valladolid)


A CRISTO CRUCIFICADO
(José Mª Pemán)


Cuerpo llagado de amores,
yo te adoro y te sigo.
Señor de los Señores,
quiero partir tus dolores
subiendo a la cruz contigo, 

quiero en la vida seguirte, 
y por sus caminos irte alabando
y bendiciéndote...
y bendecirte sufriendo...
y muriendo, bendecirte...



Quiero Señor en tu encanto
tener mis sentidos presos,
y unido a tu cuerpo Santo,
mojar tu rostro con llanto,
secar tu llanto con besos.
Señor, aunque no merezco
que Tú escuches mi quejido,
por la muerte que has sufrido
escucha lo que te ofrezco,
y escucha lo que te pido: 



A ofrecerte, Señor vengo mi ser,
mi vida, mi amor, mi alegría, mi dolor,
cuanto puedo y cuanto tengo,
cuanto me has dado, Señor,
y a cambio de este alma llena
de amor que vengo a ofrecerte, 
dame una vida serena 

y una muerte santa y buena...

miércoles, 16 de abril de 2014

DOS PREGUNTAS CAPCIOSAS

Dos preguntas muy capciosas sobre el tema catalán:

¿Por qué los periodistas españoles jamás se refieren a los nacionalistas catalanes como "separatistas"  y, sin embargo, al informar sobre la crisis de Ucrania no se les cae de la boca la expresión “separatistas prorrusos”?

¿Qué clase de sentimiento nacionalista tienen los catalanes que cada vez que la Comisión declara que un estado catalán independiente quedaría fuera de la Unión Europea, la intención de votar sí en el referéndum cae en picado?

lunes, 14 de abril de 2014

ENSEÑAR INGENIERÍA A UN ABOGADO

Sin ánimo de ofender a nadie y partiendo de dos indiscutibles premisas, que la universidad española es una fábrica de macarrones donde cualquiera con tiempo, dinero y aguante obtiene cualquier título y que en todos los oficios abundan los inútiles, siempre me he preguntado cuáles serían las causas para que las facultades de Derecho fueran las más elefantiásicas.
Próximo patrón de las facultades de
 Derecho en España


El Lute: paradigma del
estudiante de Derecho
Sinceramente, siempre me extrañó por qué los estudiantes de Derecho, a partir de tercer curso, solo acudían a clase tres días por semana y de dónde sacaban tiempo, ellos para doctorarse en mus y ellas para acudir a clase más arregladas que en nochevieja (por no mencionar que muchos de los cuerpos femeninos abundantes en esas gigantescas aulas son, sin duda, fruto de cientos de horas de gimnasio).

¿Es normal que en una ciudad como Madrid, existan más licenciados en Derecho que en toda Alemania?



¿Es normal que la mayor parte de la oposiciones fueran para licenciados en Derecho? ¿Qué dice eso de la organización de la Administración Española?


¿Por qué los profesionales de la política, en su mayoría, estudiaron dicha carrera? ¿Qué se puede deducir e inducir de esto?

¿Es normal que, en la cosa pública española, los puestos de responsabilidad estén copados por licenciados en Derecho independientemente que el peso específico de dicha responsabilidad recaiga en el ámbito industrial, médico, ciéntifico, militar...? Porque no me cabe en la cabeza que exista una titulación en el mundo que convierta, de la noche a la mañana, a cualquier persona en alguien capaz de afrontar responsabilidades de todo ámbito y nivel tiranizando a verdaderos expertos en la materia. Y no sirve el manido argumento de que esta persona cuenta con unos buenos asesores porque, y simplemente comparando los ambientes de las facultades y correspondientes escuelas técnicas, ¿no sería más fácil utilizar un par de tardes para que un ingeniero, un médico, un científico, un militar, o incluso un barrendero, adquiriese los conocimientos básicos de leyes y economía y, después, se rodease de un par de licenciados en Derecho o, mejor aún, en Administración y Dirección de Empresas. Porque, sinceramente, dudo que un licenciado en mus y maquillaje, perdónenme que el subconsciente me traiciona, quería decir, Derecho pueda entender la Ley de Ohm o el funcionamiento ya no de un hospital, sino de un ascensor.

Dos colegas de estudios, preparándose para seguir
tiranizando a ingenieros, médicos, científicos, militares
Y sí; si algún lector piensa que he escrito esta entrada con muy mala uva y con ánimo provocador, está en lo cierto. Tengo grandes amigos y conocidos licenciados en Derecho. Personas cultas, trabajadoras y capaces de asumir grandes desafíos profesionales de ámbito muy diferente. Lo cual no impide que los párrafos anteriores emanen, sin filtrar, ciertas, o incluso grandes, dosis de verdad.


Un buen escudo para el Colegio de Abogados y otros

domingo, 13 de abril de 2014

NECESIDADES BÁSICAS



Uno de estos días casi veraniegos voy paseando por el barrio del otro lado del río y observo a unos adolescentes gitanos jugando al futbito sin camiseta en la cancha municipal. Justo al lado hay una fuente donde un jicho gordo de veinte años se refresca metiendo toda la cabeza bajo el chorro. Tiene la espalda renegrida, las tetas caídas surcadas por un cadenón de oro y una coleta que le llega a los riñones. Paso justo a su lado y me vocea: 

¡Oye, chacho! ¿No tendrás champú o algo?

Le miro fríamente, sin pararme, y con mi voz más neutra le contesto que no, que lo siento, aunque en mi mente viperina ronda una respuesta mucho más adecuada que jamás me atrevería a soltarle: “Lástima, chaval, que hoy me pillas sin nada, porque normalmente salgo de casa con un neceser de baño y un kit completo de ducha, con esponja, gel, champú y acondicionador. ¡Otra vez será!”


jueves, 10 de abril de 2014

TARJETA DOCENTE


Siguiendo el ejemplo de otras comunidades autónomas, la Junta de Castilla y León acaba de implantar la llamada tarjeta docente a través de un convenio de colaboración con una conocida entidad financiera. Se trata de una especie de carné para que los profesores no universitarios, de centros públicos o concertados, puedan identificarse, sacar dinero de los cajeros y acceder gratuitamente a los museos públicos, en concreto a veinte de titularidad estatal en toda España (por ejemplo, El Prado, el Reina Sofía, el Sorolla o el Arqueológico) y a todos los de titularidad autonómica. Este documento también conlleva otras ventajas adicionales como un seguro gratuito de accidentes y no sé cuántas historias más.

Una primera pregunta no maliciosa que me hago es para qué y ante quién necesitan identificarse estos 35.000 docentes (uno de cada 72 habitantes de la Comunidad lo es) cuando fuera de sus aulas no pintan nada ni con autoridad pública ni sin ella. La segunda es por qué motivo a esta gente se le permite acceder por la patilla a museos aunque las visitas no se circunscriban estrictamente a sus funciones profesionales, es decir que no solo estarán exentos de pagar la entrada cuando acompañen a sus alumnos en una excursión cultural, sino también cuando estén disfrutando de sus largas vacaciones y entren en estos establecimientos como parte de su actividad de ocio.

No entiendo a qué viene este privilegio. En mi opinión todos los museos públicos españoles deberían ser gratuitos para los nacionales, pero ya que esto no es así y que incluso las entradas son bastante caras, no me entra en la cabeza por qué a un profesor de Primaria o de instituto le tienen que salir gratis y a mí no. La cosa además se agrava por el hecho de ser un chollo indiscriminado que beneficia tanto a los docentes de especialidades relacionadas con los museos, que “en teoría” podrían aplicar en sus clases los conocimientos adquiridos en estas visitas particulares, como al profe de Matemáticas o de Formación y Orientación Laboral que desee conocer, por ejemplo, el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena.

La única explicación razonable que se me ocurre es que la Junta de Castilla y León, siempre celosa por cubrir nuestras necesidades, se haya decidido por fin a elevar el nivel cultural de su profesorado, que buena falta le hace. Ya que nuestra Administración regional lleva años rebajando hasta límites groseros el nivel de exigencia para el acceso a las bolsas de docentes y, en la práctica, se puede llegar a ejercer como maestro o profesor sin saber hacer la “o” con un canuto, este invento de la tarjeta bien podría servir como incentivo para que muchos de estos profesionales acudan por primera vez en su vida a un museo y profundicen en alguna medida en la materia que les toca impartir.


Más sobre este tema en La pluma viperina

La cultural general de los profes
Recortes educativos

martes, 8 de abril de 2014

LETRISTAS

Realizo muchos kilómetros con el coche a lo largo del año, del orden de 40.000. Tantas horas sentado al volante, muchas veces en solitario y por las mismas carreteras castellanas, rectas y monótonas, precisan de una ligera distracción. Hace algunos años, siempre sintonizaba La mañana de Federico en la COPE, antes de que el locutor se comportara como un auténtico psicópata. Más tarde, aburrido de los voceros bicolores del régimen y de los CD's que ya me sabía de memoria, comencé a captar cadenas musicales. Esto supuso un trabajo de selección bastante sencillo, utilizando como primer criterio que los locutores hablasen poco (así se descartó Los 40 Subnormales); y, como segundo, que huyeran de las gitanadas (y así eliminé Cadena Dial).

Y poco a poco, según desaparece del espectro o se acomoda en un estilo único, voy mudando de emisora favorita: de M80 a Vive Radio (del ínclito rey juntero Michel Méndez Pozo); de KissFM a EuropaFM; y tras eliminar esta última emisora y a sus locutoras guarrofónicas nocturnas del dial de mi Toyota, pasé a Cadena 100 que, por fin, se escucha en toda Castilla y León.

No sé si será por causa de la edad o porque la falta de competencia profesional también incluye a los que programan la parrilla de las emisoras o por una crisis de creatividad pero, últimamente, la música que escucho en todas las emisoras me parece más aburrida, vulgar y similar cada día que pasa. Tanto en inglés como en español, la música es mala y la letra logra rematarla. En inglés, al menos, no entiendo casi nada la mayoría de las veces, a Dios gracias, pero las letras españolas son francamente pésimas. De ahí creo que viene la moda española de componer letras en inglés, incluso para Eurovisión: para que poca gente se entere de las chorradas que estamos diciendo, vamos a traducirlas chapuceramente a otro idioma. O bien se piensan que nuestra lengua y cultura, que representan a 500 millones de almas en el mundo, no están a la altura de un histriónico y caduco concursillo.

La música siempre me había parecido un especie de ciencia oscura, reservada para elegidos capaces de interpretar sus arcanos pero va a resultar que estaba equivocado. Poco a poco me voy convenciendo que, en su expresión más comercial, popular y monetaria, está infestada de frotaguitarras cuyos conocimientos no exceden el de los gitanillos de órgano Casio, trompeta, cabra y escalera. Gentes que solo son capaces de juntar cuatro notas, en el mejor de los casos pegadizas, y que, sin duda debido a su escasa formación académica, no aciertan a componer unos ripios resultones que sirvan siquiera de acompañamiento.

Ahí está como prueba aquel compositor de Mecano empeñado en que su ¿ópera? se estrenara en El Real. Una chapuza que le obligó a aprender solfeo y que, a pesar de haber sido interpretada por Plácido Domingo -poderoso caballero habrá sido don Dinero- parecía una auténtica broma: «Que por qué; que por qué./ Yo que sé; yo que sé./Si tú me dejas, yo me tiro al río,/ ¿sabes? Cariño mío.» decía el gitano Manolillo o algo así.

Y luego, tras sufrir bodrios como este que me obligaban a desconectar la radio, he decidido volver a sintonizar de nuevo la COPE (advierto a los lectores que escuchar esta canción aumenta las ganas de matar):

     

domingo, 6 de abril de 2014

"HA PASADO MUY MAL PARTO"



Como hace poco El Subdirector del Banco Arús dio un buen repaso a los hombres que se comportan como unos calzonazos en su relación de pareja, no puede evitar acordarme de él cuando ayer mismo un conocido mío enfermero me contó una anécdota que no tiene desperdicio. Me dije: a ver qué opina el Subdire del aguerrido protagonista de esta historia.

Este conocido, que trabaja en la planta de maternidad de un hospital, me relató que estando hace una semana de turno de noche entró en una habitación y se encontró con el siguiente panorama: la chica recién parida durmiendo incómoda en el sofá y su marido en la cama roncando tan a gusto. Despertado y abroncado, el esposo se incorporó somnoliento y de mala gana explicó que ya que su señora no iba a poder dormir bien por estar pendiente de dar el pecho a la criatura, “por lo menos que descanse uno”. El asombrado enfermero se quedó mirando a la mujer, que, encogiéndose de hombros, musitó un poco apurada: “Por favor, déjelo, si es que el pobre ha pasado muy mal parto”. 

Ya digo: un campeón.

ENCUESTA SOBRE LOS PRESIDENTES DEL GOBIERNO



MEJOR PRESIDENTE:

Pregunta: ¿Quién crees que ha sido el mejor presidente de la democracia española?
Votos: 41
Duración: 7 días

Respuestas:


a) Adolfo Suárez:  20 votos (48%)

b) Leopoldo Calvo-Sotelo: 5 votos (12%)

c) Felipe González: 4 votos (9%)

d) José María Aznar: 8 votos (19%)

e) José Luis Rodríguez Zapatero: 1 votos (2%)

f) Mariano Rajoy: 3 votos (7%)





PEOR PRESIDENTE:

Pregunta: ¿Quién crees que ha sido el peor presidente de la democracia española?
Votos:32
Duración: 7 días


a) Adolfo Suárez: 1 voto (3%)

b) Leopoldo Calvo-Sotelo: 1 voto (3%)

c) Felipe González: 0 votos (0%)

d) José María Aznar: 6 votos (18%)

e) José Luis Rodríguez Zapatero: 18 votos (56%)

f) Mariano Rajoy: 6 votos (18%)




NOTA: A veces se dice más sin votar que votando. Curioso que en la primera encuesta Zapatero solo haya obtenido un voto y en la segunda Felipe González cero votos y Calvo-Sotelo uno.

viernes, 4 de abril de 2014

¿POR QUÉ LAS MONOLOGUISTAS NO TIENEN NI PIZCA DE GRACIA?


Una pregunta muy directa: ¿por qué los humoristas masculinos hacen reír tanto mientras que las mujeres que se dedican a esto no tienen ninguna gracia? No es una cuestión opinable, como lo demuestra el hecho de que casi no hay féminas en el sector.

Aunque siempre he tendido a opinar, simplificadamente, que ellas tienen la vis cómica atrofiada, profundizando un poco debo admitir que quizá estamos ante un problema cultural. Si nos fijamos, la práctica totalidad de los monologuistas exitosos de nuestra época (Gila era otra cosa) se hacen con nuestras carcajadas apelando, con más o menos gracia, a los instintos sexuales y a la escatología, algo que las señoras no están (todavía) en condiciones de hacer sin sufrir un fuerte rechazo social.

Vamos, que cuando Vaquero suelta en sus monólogos que al secarnos el culo tras salir de la ducha del hotel, dejamos en la toalla el logotipo de Nike (y si andamos con diarrea, el de Bankia), nos dan espasmos y lloramos de la risa, pero si lo dijera una chica pensaríamos que es una cerda y no nos haría ni la mitad de gracia. Y claro, con semejantes restricciones temáticas, hoy en día no hay manera de que las mujeres triunfen en el mundo del humor.

Pensad, pensad en alguna de las pocas humoristas famosas y veréis como os parece una basta.

¿Esto es machista o está bien que todavía nos resistamos a abandonar nuestra imagen delicada, femenina y digna de las mujeres?

martes, 1 de abril de 2014

PEREZA


Dicen que no hay cosa peor que no tener nada que hacer. La ociosidad no solo da pie a los vicios y a las comeduras de coco, sino que además va erosionando la fuerza de voluntad y la capacidad de trabajo hasta el punto de convertir a personas muy válidas en perezosos crónicos.

No sé si me pasa a mí solo o es general, pero he observado que los días que tengo mucho volumen de trabajo o numerosos recados que hacer, aunque al principio me pueda agobiar termino organizándome y rematando muchas de estas tareas de forma satisfactoria. Por el contrario, cuando solo tengo que hacer una o dos cosas sencillas en todo el día, lo más probable es que las haga mal o directamente las deje para el día siguiente.

Cuanto más apretada está mi agenda, más asuntos saco adelante. Si hay apuntados treinta temas, probablemente terminaré veinte, aun con la lengua fuera. Si tengo anotados diez, cerraré los diez. Pero si tengo dos, fijo que no los acabo ese día.

Es como en vacaciones. Cuando tengo una o dos semanas libres siempre me propongo hacer algunas cosillas pendientes de casa o algún trámite en el banco. Como tengo tanto tiempo por delante, voy retrasándolo día a día y al final siempre me toca andar a la carrera la víspera de volver al trabajo.

¡Qué humana es la pereza y lo que puede llegar a machacar nuestros sueños y proyectos! ¡Cuántas cosas importantes dejamos sin hacer por culpa de la desidia! ¿Cómo habría sido nuestra vida de haber sido un poco menos cómodos y dejadillos? Pensadlo.