domingo, 29 de julio de 2012

LA MADRASTRA DE LOS CUENTOS


Ya he contado alguna vez que me interesa mucho el trasfondo simbólico, social e histórico de los cuentos infantiles.

Un prototipo bastante recurrente de estos relatos es el de la madrastra malvada. Este personaje aparece en decenas de cuentos de origen medieval, aunque los más conocidos son Hansel y Gretel, la Cenicienta, y Blancanieves y los siete enanitos.

Hay que tener muy en cuenta que en la Edad Media la figura de la madrastra era mucho más frecuente que ahora. En aquel tiempo resultaba muy habitual la muerte de mujeres jóvenes en el parto debido a las precarias condiciones de salubridad y a los escasos avances médicos. Lo más típico al producirse uno de estos fallecimientos es que el marido volviese a casarse para tener a alguien al cuidado de la casa y de los niños.

Es fácil deducir que la llegada de una madrastra al hogar familiar representaba para los niños (destinatarios de los cuentos al fin y al cabo) un duro trauma, no solo por ser un acontecimiento asociado a la muerte de su madre biológica, sino porque en aquella época de familias muy numerosas, penuria económica e intensa competencia por los recursos, una mujer extraña en casa probablemente tendiera a favorecer a sus futuros hijos en perjuicio de la prole nacida de la anterior unión de su marido. En el imaginario popular, sobre todo en el infantil, la madrastra simbolizaba el dolor, la inseguridad, la falta de cariño verdadero, el egoísmo y el favoritismo.

En los cuentos populares, que en el fondo son parábolas simbólicas, aparecen las madrastras para personificar la antítesis de los valores de la maternidad, la fuerza del amor de madre frente a la volubilidad del de padre, el hundimiento de todas las seguridades al faltar la progenitora, la injusticia, la incertidumbre y la necesidad de que los niños espabilaran cuanto antes en una sociedad empobrecida y cruel.

3 comentarios:

Dulcinea dijo...

Pues en efecto los cuentos con madrastra sirven para pensar en eso, que no se puede comparar el amor de una madre con el de un padre, que si se moría la madre luego el padre miraba más por su nueva esposa que por los hijos, y eso sigue pasando hoy en día porque la verdad es que los hombres la mayoría son unos guarros que piensan con lo que piensan. En los divorcios por mucho que se diga los padres no quieren quedarse con los niños ni locos porque si no tendrían responsabilidades y en el fondo muchos hombres son como niños grandes o adolescentes que quieren todo el tiempo para jugar y para ligar sin complicaciones.

Aprendiz de brujo dijo...

Yo creo que la Madrastra es como una mal llamada Democracia.Te piensas que los partidos políticos van a cuidarte como una madre y luego te manipulan, te envenenan la manzana o te matan de hambre.

Estoy de acuerdo con Dulci.Donde este un padastro que se quite una madastra.

Ahora esto tiene solución. Acabemos con los partidos políticos y censuremos a las madrastras.Por que no las sustituimos por ángeles de la guarda?.Por decreto.
Que no, que no que no nos representan.
Dulcinea cuanto te he echado de menos.
Un beso para ti.

Aprendiz de brujo dijo...

Ahora en serio.(Y procurando no hacer más el ridículo).
Me ha gustado mucho tu ilustración acerca del origen del personaje, que tantos desvelos nos ha ocasionado en la infancia.
Me ha parecido muy pedagógica la explicación. Habrías sido un gran profesor Neri, sin duda.
Aún estás a tiempo.
Y escribe más cojones, aunque en estas fechas están de vacaciones hasta los nacional socialistas.
Un abrazo.