sábado, 31 de marzo de 2012

RELEYENDO "EL PADRINO" (22): EN NUESTRO MUNDO NO HAY LUGAR PARA EL PERDÓN



En las últimas páginas de la novela se nos cuenta (y esto no aparece en la película) como Kay abandona a su marido y vuelve a casa de sus padres al saberse casada con un mafioso criminal que la ha engañado sobre sus negocios y sus planes. Michael envía a Tom Hagen a New Hampshire para convencerla de que regrese y entonces el consiguiere irlandés mantiene con ella una inolvidable charla sobre el perdón.

¿Debe darse siempre a todo el mundo una segunda oportunidad o deben valorarse muy seriamente los riesgos que ello supone? ¿Tenemos derecho a equivocarnos en cualquier cosa o hay errores que no dejan posibilidad de rebobinar ni de repetir la jugada? ¿El perdón cristiano significa partir de cero y bajar la guardia con la persona que nos ofendió?


"—De acuerdo. De todos modos, te ruego que me escuches. ¿Qué dirías si supieras que Carlo fue el cebo en el que picó Sonny? ¿Qué dirías si supieras que la paliza que Carlo le propinó a Connie fue una comedia ideada para hacer salir a Sonny de su casa? Y ¿qué dirías si supieras que Carlo recibió dinero por colaborar en el asesinato de Sonny?

Kay no respondió. Hagen prosiguió:

—¿Qué dirías si supieras que el Don, un gran hombre, no tuvo el valor suficiente para vengar la muerte de su hijo, matando al marido de su hija? En fin ¿qué dirías si supieras que el viejo Don prefirió que fuera Michael quien cargara con la culpa de la muerte de Carlo?

Con lágrimas en los ojos, Kay musitó:

—Todo había quedado atrás. Todos éramos felices. ¿Por qué no perdonar a Carlo? ¿Es tan difícil olvidar?

Habían llegado a un frondoso árbol. Hagen se sentó a la sombra, sobre la hierba. Miró alrededor, suspiró y dijo:

—En nuestro mundo no hay lugar para el perdón.

—Pero Michael no es el hombre con quien me casé —dijo Kay.

—Si lo fuera, estaría muerto —repuso Hagen entre risas—. En este momento serías viuda. No tendrías estos problemas que tienes ahora.

—¿Qué diablos significa eso? —inquirió Kay, furiosa—. Vamos, Tom, habla claro una vez en tu vida. Sé que Michael no puede hacerlo, pero tú no eres siciliano, tú puedes decirme la verdad, puedes tratar a una mujer de igual a igual, como a un ser humano.

Tras otro largo silencio, Hagen sacudió la cabeza y dijo:

—No conoces a Mike. Estás enojada porque te mintió. Bien, recuerda que te dijo que no le preguntases nada relacionado con sus negocios. Te indigna que aceptara ser padrino del hijo de Carlo. Pero tú lo obligaste a ello. Sin embargo, fue lo mejor que podía hacer, si pensaba actuar después contra Carlo: el clásico truco de ganarse la confianza de la víctima. ¿Te basta con lo que te he dicho?

Kay negó con la cabeza.

—Te diré algo más —prosiguió Hagen—. Después de la muerte del Don, alguien planeó asesinar a Michael. ¿Sabes quién fue? Tessio. En consecuencia, Tessio tuvo que ser eliminado. Carlo tuvo que ser eliminado también. Y es que no debe haber clemencia para los traidores. Michael pudo haberlos perdonado, pero ellos nunca se habrían perdonado a sí mismos, por lo que siempre hubieran constituido un peligro. Michael apreciaba mucho a Tessio. Y quiere a su hermana. Pero, si hubiese dejado que Tessio y Carlo viviesen habría faltado a sus deberes para contigo y tus hijos, a sus deberes para con su familia, a sus deberes para conmigo y los míos. Habría sido un peligro permanente para la vida de todos nosotros."

3 comentarios:

tomae dijo...

Puede que el perdón sea un desagravio de la compasión y en esa medida no creo que sea necesario el perdón, porque podría interpretarse como un signo de debilidad del que el Don no puede permitirse...

...y "jugando" a ser dios (no le pongo mayúsculas porque se trata de una actitud del padrino) parece que no puede haber perdón si previamente hay justicia y honor. En los asuntos de la familia, sin estar escrito se sabe de antemano hasta donde se puede llegar y las consecuencias que hay por traspasar ciertos límites de la confianza.
Si se transigen esas reglas, se pierde el honor y hasta el mismo Don se traicionaría a sí mismo...

Por supuesto este comentario se centra en el personaje, y en la situación... de lo otro ya sabe Sr Neri, hasta 70 veces 7.

Aprendiz de brujo dijo...

El perdón es uno de los temazos de las relaciones humanas. Yo siempre me acojo a la máxima de Pérez Galdós. Se puede perdonar la villanía, pero no la ingratitud.
Por cierto qué hace Miachael mandando a Hagen a solucionarle sus asuntos conyugales?.
Qué cojones es eso?.
Por cierto Neri, siempre me ha intrigado el amor de Michael por Kay.La lleva al bodorrio de su hermana, casi "de nuevas". Se va a Sicilia y cae fulminado por la bella Apolonia. Vuelve, la retoma.
Ostia, tu como lo ves?

Al Neri dijo...

Tomae, la teoría del perdón está muy bien, pero hay que verse en situación a ver si sale de verdad lo de 70 veces 7. Y luego una cosa es perdonar y otra ser gilipollas.

Brujo, la vida misma.