martes, 27 de diciembre de 2011

LA CONSPIRACIÓN




El otro día fui a ver La conspiración, uno de los mejores títulos de la cartelera reciente, que recomiendo a todo el mundo en estos días de asueto.

Su argumento es atractivo desde el principio. Tras el magnicidio de Lincoln en 1865 por un grupo de sudistas fanáticos, el ansia del Gobierno por imponer un castigo ejemplar a los responsables lleva al procesamiento de Mary Surratt, la dueña de la pensión donde se reunían los conspiradores. Al joven abogado y héroe unionista Frederick Aiken le encomiendan la defensa de esta mujer, pero muy pronto descubre que el proceso penal militar no es más que una pantomima y que la sentencia condenatoria ya está dictada de antemano por un Sistema más preocupado por la venganza y por su propia supervivencia que por el respeto escrupuloso de la Constitución y de los derechos que en teoría constituyen sus pilares fundamentales.

Este drama judicial dirigido por Robert Redford merece un sinfín de elogios por su interpretación, por su guión, por su ambientación, por su sólida documentación histórica y por su factura en general, amén de resultar muy entretenido y no pasarle apenas factura su extenso metraje.

Pero su punto fuerte es el mensaje de fondo (perfectamente aplicable a hechos recientes, como las medidas del Gobierno americano tras los atentados del 11-S) sobre el difícil dilema entre cumplir los fundamentos jurídicos y las garantías de la democracia, y ser verdaderamente eficaz en la lucha contra los enemigos internos o externos. El letrado Aiken recibe constantes presiones del tribunal, del jurado y de los políticos para que reflexione sobre la oportunidad de hacer la vista gorda con los derechos y formalidades constitucionales en aras de dar un escarmiento de cuya rapidez y contundencia dependen en ese instante la salvación de la nación y, por lo tanto, de su propia Constitución.

Dilema, que como ya he apuntado alguna vez, es un tanto artificial por cuanto las democracias liberales solo proclaman derechos y libertades sobre el papel y por razones puramente propagandísticas, mientras que por detrás los incumplen tanto en las épocas difíciles como en las fáciles.

4 comentarios:

trija dijo...

Vi el trailer de esta película y ya me parecía atractiva pero, leyendo su post, si que me he terminado por animar e ir a verla.

EL FRANCOTIRADOR dijo...

Yo también la he visto y me parece muy interesante,además el protagonista es quien fue el primer redactor jefe del "Washington Post"

nago dijo...

No la he visto pero me la apunto.

La que sí ví anoche: "La vida de los otros" y me ha gustado mucho.
Me pareció reconocer el Bar en el que entra la protagonista y se encuentra con el agente de la Stasi. Creo haber visto ese mismo escenario en otra peli de... ¿Rober Redford y Brad Pit?

Lo mismo me ocurre con el apartamento de "Irma la dulce" y el de "Vacaciones en Roma". Si alguien pudiera sacarme de dudas, se lo agradecería.

tomae dijo...

...yo la fui a ver ayer, y se me ocurrió pensar en como se aplican las leyes depende de los casos, y sin ir al 11-S. me preguntaba si habrían determinadas situaciones actuales aplicables en nuestro país. (?)

La peli me gustó, y aprendí algo porque desconocía la circunstancia histórica de los hechos...